Cada vez más jóvenes, especialmente mujeres de entre 17 y 30 años, recurren al ácido hialurónico como método estético para modificar labios, nariz o contorno facial sin necesidad de cirugía.
El uso de ácido hialurónico —un relleno dérmico cada vez más popular entre mujeres de entre 17 y 35 años— crece con fuerza en Argentina y el mundo. Una especialista en dermatología y medicina estética advirtió sobre sus riesgos y destacó la importancia de elegir profesionales calificados.
Cada vez más jóvenes, especialmente mujeres de entre 17 y 30 años, recurren al ácido hialurónico como método estético para modificar labios, nariz o contorno facial sin necesidad de cirugía.
Lo que comenzó como un tratamiento reservado a adultos, hoy se impone en redes sociales como una “solución rápida” para alcanzar cánones de belleza ideales. Sin embargo, profesionales de la salud advierten sobre los riesgos de aplicarse este tipo de relleno dérmico sin el debido asesoramiento médico.
"Los rellenos de ácido hialurónico son tratamientos inyectables que utilizan esta sustancia, que se encuentra naturalmente en nuestro cuerpo, para restaurar volumen, atenuar arrugas y mejorar contornos faciales de manera armoniosa", explicó a Viví Mejor Macarena De Lucca, médica (M.P. 8022) especialista en Dermatología y Medicina Estética.
"Son procedimientos mínimamente invasivos. Se realizan con microinyecciones, sin necesidad de cirugía, con rápida recuperación y mínimas molestias para el paciente. Además, el ácido hialurónico es biocompatible y reabsorbible. Se integra con los tejidos y, con el tiempo, se degrada de forma natural por el propio organismo ", agregó De Lucca.
Este tipo de intervenciones estéticas deben ser realizadas exclusivamente por "médicos con formación específica en estética facial. Una correcta evaluación, técnica adecuada y conocimiento anatómico son claves para lograr resultados seguros y naturales", expresó.
Existen contraindicaciones, ya que "no se recomienda en pacientes con infecciones activas en la zona a tratar, enfermedades autoinmunes no controladas, embarazadas o en período de lactancia", aseguró De Lucca.
A su vez, señaló que los efectos más comunes son inflamación leve, enrojecimiento o pequeños hematomas. Si no se aplica correctamente, pueden presentarse complicaciones como la migración del producto, oclusión vascular —una urgencia médica—, o el efecto Tyndall (una coloración azulada en la piel por aplicación superficial).
"Por eso es fundamental que el procedimiento lo realice un profesional médico capacitado", afirmó.
Con respecto al costo de esta intervención, la especialista explicó que es variable y depende del producto, la zona a tratar y el profesional. "Es una inversión en salud y estética. No se recomienda elegir este tipo de tratamientos por precio, sino por calidad, experiencia y seguridad", expresó.
La diferencia con el bótox
"El ácido hialurónico reposiciona, da volumen y mejora contornos. La toxina Botulinica (conocida como Botox) actúa relajando ciertos músculos faciales para suavizar arrugas dinámicas. Son tratamientos diferentes, muchas veces complementarios", manifestó.
La popularidad del ácido hialurónico crece al ritmo de las redes sociales y de influencers que muestran resultados inmediatos como símbolo de belleza aspiracional. En plataformas como Instagram y TikTok, abundan videos de jóvenes que exhiben “antes y después”, promoviendo el uso de este relleno como un recurso accesible y moderno.
Esta tendencia ha impulsado una demanda temprana en consultorios estéticos, incluso entre adolescentes, consolidando al ácido hialurónico como uno de los procedimientos estéticos más solicitados del momento.
"Creo que hay una presión estética muy fuerte, con mucho marketing y filtros detrás, que muchas veces distorsionan la percepción de belleza. Es clave estar bien informado, entender que no todo lo que se ve en redes es real, y siempre acudir a médicos capacitados que prioricen la salud y el equilibrio facial", aseguró De Lucca.
"Es importante un enfoque profesional y ético que respete la armonía facial y las verdaderas necesidades del paciente", concluyó.
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