Pilar Lombardo, Licenciada en Nutrición (MP 1694), dialogó con El Litoral y desmintió los mitos más comunes que se viralizan en las redes sociales.
En la actualidad, las redes sociales están llenas de recomendaciones nutricionales. Una especialista detalló cuáles de ellas son falsas o peligrosas y por qué.
Pilar Lombardo, Licenciada en Nutrición (MP 1694), dialogó con El Litoral y desmintió los mitos más comunes que se viralizan en las redes sociales.
“Lo perfecto es un ideal inalcanzable”, expresó Lombardo y agregó: “Cuando tenemos un patrón de alimentación saludable, no solo buscamos comer sano la mayoría del tiempo, también queremos obtener un equilibrio”.
“Comer sano es hacer de lo ideal, algo posible”.
“Los productos light no son para nada saludables”, explicó la especialista. "Light significa que es un producto que está reducido en calorías, grasas o azúcares, en comparación a su versión original. A veces puede ser que esté reducido solo en una cosa".
"No los considero saludables porque, justamente por restringir carbohidratos o grasas, terminan agregando sal para realzar el sabor o millones de edulcorantes. Esto termina generando problemas al sistema digestivo, la microbiota y cuestiones hormonales", manifestó.
Además, éstos no suelen generar mucha saciedad, indicó. "También producen confusión a la hora de elegirlos, porque se piensa que lo light es más saludable y muchas veces el producto original es mejor”. Es fundamental leer atentamente las etiquetas.
“Los hidratos de carbono son la fuente de energía de nuestro cuerpo. Si uno los elimina, el cuerpo puede hacer una adaptación y utilizar, por ejemplo, las grasas. Pero en las personas que eliminan los carbohidratos, termina pasando que empiezan a tener sensación de ansiedad y hambre”, expresó Lombardo.
Añadió: “Entonces dejan de consumirlos por tres o cuatro días y luego llega un punto en el que no aguantan más, vuelven a comerlos y ahí es cuando se genera un ciclo de restricción, atracón y culpa, donde la eliminación fue contraproducente y empeoró la relación con la comida”.
Sin embargo, la especialista destacó que es bueno reducir la frecuencia de panificados y azúcares, pero no eliminarlos por completo.
“Esto no es así. Cuando uno busca comer sano, no solamente quiere nutrirse de alimentos que le hagan bien a su cuerpo, que sean aptos para el tipo de actividad física que realiza o si tienen alguna una enfermedad, sino que también lo hace con placer y sin tener culpa”, expresó la especialista.
“Sostener buenos hábitos la mayor parte del tiempo es permitirse comer cosas que no son catalogadas como saludables, pero que uno sabe que lo nutren desde otro lado, como el amor y la compañía con amigos y familia", sostuvo.
“Cuando uno tiene una buena relación con la comida, sabe que lo que importa es la frecuencia de esos gustos y el control en la porción".
“Saltear una comida hace que sintamos más hambre, por lo tanto vamos a terminar ingiriendo una mayor porción”, manifestó Lombardo, y agregó que así es como se termina cayendo en picoteos o atracones.
“Cuando uno se saltea muchas comidas de forma crónica, el cuerpo no entiende si esto es de forma opcional. Entonces lo que suele pasar es que se pone en modo de metabolismo ahorrador y no quema calorías, no genera masa muscular, no busca disminuir la grasa. A lo contrario adelgazar, te terminas estancando", sostuvo.
“Esto es un concepto erróneo. La confusión puede venir de que durante la noche, la sensibilidad a la insulina, que es la hormona que metaboliza los carbohidratos y hace que el azúcar deje de estar en la sangre e ingrese a las células, se reduce. Entonces el cuerpo es menos propenso a poder metabolizar los carbohidratos”, detalló.
“A una persona que no tiene ningún problema de salud, no le va a pasar nada por comer carbohidratos o frutas de noche. En cambio, aquellas con síndrome de ovario poliquístico o resistencia a la insulina, quizás sí les convenga restringir los carbohidratos de noche”.
"Desayuno significa romper el ayuno que venimos haciendo durante toda la noche, desde la cena. La primer comida sí va a determinar prácticamente nuestra energía durante el día y si vamos a sentir hambre o no. Pero no necesariamente el desayuno tiene que ser cuando nos levantamos".
"Lo que recomiendo es romper el ayuno cuando uno siente hambre, puede ser a media mañana o directamente en el almuerzo", comentó Lombardo.
"Esto no es así. Muchos terminan comiendo porque se cree que las colaciones hay que hacerlas obligatoriamente y en realidad, si uno hace un desayuno, almuerzo, merienda y cena saciante, completo en proteínas, fibras y carbohidratos, no se debería llegar con hambre a la siguiente comida”, sostuvo.
“Si una persona tiende a comer y a la hora hacer un snack, termina lenteciendo la digestión y se pueden generar problemas digestivos, sensación de pesadez, gases, distensión y estreñimiento”.
Estos son algunos de los mitos de nutrición que se pueden observar en redes sociales, frecuentemente en Instagram y Tik Tok. Lombardo llamó a hacer hincapié en las mujeres, principalmente adolescentes y niñas, que no tienen una mirada crítica sobre estas cuestiones y terminan llevando adelante su alimentación con estas recomendaciones.
"La principal consecuencia que veo en consultorio es que se fomenta una relación disfuncional con la comida, porque tienen miedo de comer ciertos alimentos o los prohíben. Pero después si los comen, sienten culpa y capaz esto lleva un atracón, luego a una compensación y ahí es cuando se puede desencadenar un trastorno de la conducta alimentaria", concluyó la especialista en nutrición.
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