(Enviado Especial a Mendoza)

Esta de Mendoza fue la primera que se resolvió por la vía de los penales. La más clara fue la del 2016 y la más injusta fue la del 79, cuando River fue campeón por una ridícula reglamentación.

(Enviado Especial a Mendoza)
Los 2.000 hinchas de Unión se fueron con la extraña sensación de dolor y conformismo a la vez. Se reconoció la dignidad del equipo y la forma en que le jugó de igual a igual a un rival con otra jerarquía y otra billetera. Pero todos, sin excepción, se estarán lamentando las chances que tuvo Unión (sobre todo la de Palavecino en el final) para ganar el partido. También es cierto que 20 segundos antes de ese mano a mano, Borja tuvo una que fue tan clara como la del enganche de Unión y resultó ser una de las tres o cuatro excelentes intervenciones de un afirmadísimo Matías Tagliamonte. Cosas del fútbol. Oportunidades perdidas que ya forman parte del recuerdo pero también del lamento, más allá de que nadie dejará de reconocerle a Unión el partido que hizo, la manera de encararlo, la seriedad de un equipo muy compacto y que sabe lo que hace en la cancha, aún frente a rivales que en teoría lo superan, pero a los que en la práctica, en el “verde césped” como decía Labruna, los empareja, les “moja la oreja” y los complica.
La historia no lo favorecía a Unión en esta definición, porque nunca pudo ganarle a River en un mano a mano decisivo. Desde aquel Nacional de 1978 (jugaron en semifinales) hasta el de este jueves en esta bella Mendoza, fueron cinco los mano a mano eliminatorios. Y todos los terminó “ganando” River. En algunos casos por la vía de los penales y en otros por la ridícula reglamentación del “gol vale doble de visitante”.

Esa del Nacional de 1978 –instancia de semifinales en un año excelente de Unión- fue victoria de River con un gol de Leopoldo Luque en el arco de la redonda, en Santa Fe, y empate en el Monumental, luego de un muy buen partido de Unión, con goles del Beto Alonso para River y del Lito Bottaniz para el Tate.
La segunda fue la final del Nacional de 1979. El partido en cancha de Unión terminó empatado 1 a 1, con un gol de Carlos Mazzoni de tiro libre y el empate de Alonso luego de una pelota que le bajó el Nene Comisso. La revancha fue 0 a 0 en el Monumental, la tarde que el Loco Stelhick hizo una jugada formidable en la puerta del área dejando dos rivales en el camino y Fillol le detuvo el mano a mano con una brillante tapada. Dos empates que le valieron el título a River por esa ridícula reglamentación del “gol de visitante vale doble”.

En el Nacional de 1985 –el último que se jugó bajo ese nombre y formato-, River eliminó a Unión ganándole por 1 a 0. El partido correspondió a la cuarta ronda de perdedores, fue a partido único, en cancha de River y el gol lo convirtió el “Araña” Luis Amuchástegui.
La mejor actuación de Unión en Copa Argentina sigue siendo la de 2016, cuando llegó a cuartos de final ante River. El partido se jugó en Mar del Plata y Driussi, Arzura y Alario le dieron la victoria al equipo de Marcelo Gallardo. Justamente, Driussi y Gallardo fueron “sobrevivientes” en River de aquella victoria ante el Unión de Madelón, que estaba muy entusiasmado con pelear aquella copa, pero se encontró con un River obligado a ganarla para clasificar a la Libertadores de 2017, algo que finalmente concretó.

El que se jugó en Mendoza fue el único que se terminó definiendo por la vía de los penales, algo que, para muchos, también resulta aleatorio y dependiente de la fortuna. Pero nadie puede ignorar el sentido deportivo más “justo” que, por ejemplo, el de hacer valer el gol de visitante. Los mundiales se definen de esta manera y es, al menos para quien esto escribe, algo que se ajusta más a la justicia deportiva. Muchos podrán especular con la llegada de los penales para definir a su favor un partido que, en el juego durante los 90 minutos, le resultó totalmente desfavorable. No fue el caso de este River-Unión. El partido estuvo para cualquiera de los dos. Y así como Tagliamonte tuvo mayor preponderancia en los 90 minutos que Armani (aunque las situaciones de peligro hayan sido bastante parejas), el de River fue clave en los remates desde los doce pasos. Y hoy, todos hablan de él.
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