Viernes 17.4.2020
/Última actualización 8:20
La industria del espectáculo y el entretenimiento ve un futuro muy desalentador por los efectos secundarios de la pandemia de Covid-19. Fue el primer rubro en parar la actividad, y seguramente será uno de los últimos en volver sin fecha cierta, por razones obvias de cantidad de personas reunidas a poca distancia en un solo lugar. No obstante, profesionales de distintas ramas de la actividad invitan a quedarse en casa, para ayudar a que esta situación termine lo mas rápido posible y puedan volver los espectáculos musicales y teatrales en todo el país.
Entretanto, productores y promotores de espectáculos debaten entre sí y con diferentes estamentos del Estado sobre las alternativas para paliar la adversidad. Para conocer su mirada, El Litoral dialogó con Pablo Zukas, referente histórico del rubro en Santa Fe y la región.
—Esta semana arrancó más fuerte la campaña para concientizar que el sector del espectáculo va a ser el último en empezar a salir el día después de esta situación. ¿Qué análisis hacen?
—No sólo que vamos a ser los últimos, sino que fuimos los primeros: esto arranca el 13 de marzo, cuando se cancela el show de Fito (Páez). Eso fue a la mañana: ya estaba todo armado, Fito ya había probado sonido, estaba todo listo. Al rato cancelan el Lollapalooza y Maroon 5, que eran en esas semanas. Así empezó; dejaron un tiempito más abiertos los teatros en Buenos Aires, con espacios entre butacas, y después ya cayó todo el peso del rigor de la situación.
Lamentablemente es una situación que no incluye solamente a los productores. Nosotros estamos en Aadet, que es la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y de Música; en Santa Fe somos seis productores que estamos en Aadet. Si de ahí para abajo empezás a ver todo lo que lleva la actividad, empezando por vos que sos periodista de espectáculos, siguiendo por los chicos que hacen la prensa, los técnicos, iluminadores, acomodadores, salas, maquilladores, directores... hay una lista que podría estar 15 minutos diciendo todos los rubros y las profesiones que se incluyen.
—Las barras y la gastronomía de los eventos...
—Catering, peinadores, vestuaristas, transportistas, hoteles, restaurantes, que viven de todo esto; hablando más de lo que son las giras, o espectáculos de teatro que hago yo. ¿Pero cuántos grupos de cumbia hay en la provincia? ¿200, 300? ¿Cuánta gente va en un micro con Marcos Castelló, por ejemplo? ¿Cuantos músicos, técnicos, plomos, chofer? ¿Serán 15? Esas son familias, tenían viernes, sábado y a veces domingo, con cuatro o cinco shows en la misma noche. No es que pasaron de 50 shows a 10; no tienen cero. Y así todo el rubro completo.
Por suerte el ministro de Cultura de la Provincia, Jorge Llonch, nos recibió virtualmente: al primer llamado estuvo a disposición, nos escuchó. Sin nada concreto, porque fue la primera charla; ideas hay muchas, hay que ver si se pueden llevar adelante las propuestas que le hicimos. La verdad que contentos por ese lado con la Provincia, porque saben que la situación va a ser muy crítica para el sector y están dispuestos a colaborar.
A nivel nacional Aadet está llevando gestiones muy importantes: tienen muchos pesos pesados, no solamente de la parte del teatro, que están dentro de la política en el gobierno nacional; y van a hacer fuerza para que tengamos algún paliativo. Por supuesto no se qué, cuando ni cómo; pero alguna ayuda se va a conseguir.
—Está buena la predisposición; el tema es como se hace, porque esto no se vivió nunca y nadie tiene la receta.
—Por supuesto. Se habla de que “hay que reinventarse”. ¿Qué hacemos nosotros, que necesitamos juntar gente, y que la gente esté en un lugar para ver algo: un recital, una obra de teatro, una conferencia? Lo mismo pasa con el cine. ¿Cómo nos reinventamos? ¿Hacemos recitales por streaming? No es lo mismo.
—No, y tampoco lo podés monetizar de la misma forma.
—Tampoco, por supuesto, lo monetiza uno solo. El Paseo La Plaza está subiendo a Teatrix (que es una plataforma de teatro online) un par de obras que tenían en cartel, que las tienen muy bien grabadas, están muy producidas las obras para televisión; y las está subiendo gratis. Después lo podés cobrar, pero no es lo mismo ir a ver una obra de teatro donde tenés el actor enfrente, donde sentís esa oscuridad de un lado y todo la luz del otro; el actor en vivo, viéndoles los gestos: es otra cosa.
—Eso de la presencia va de suyo. Íbamos a que tampoco podés cobrar una entrada online de la misma forma; porque el espectador tampoco logra el objetivo de salir.
—Por supuesto: el “programa” de salir, no solamente ir al teatro. Pasó con la gripe A; a otra escala, por supuesto, pero en aquel momento los teatros estuvieron cerrados dos o tres meses; los cines y el casino también, todos los recintos donde se junta gente. El tema es que acá no es solamente eso, sino que es toda la cadena, desde los comercios en adelante.
Va a ser más difícil. Una vez que esto se abra porque supongamos que sale la vacuna y se pueda ir al teatro en un mes, la sociedad va a estar totalmente devastada económica.
—No va a estar el cliente, más allá del espectador.
—Claro: yo voy a poder ofrecer el producto, ¿y quién lo va a comprar? ¿Quién va a venir? En la cámara se están barajando muchas ideas de suscripciones, de hacer previas. Un dato que está muy bueno: nosotros hicimos en febrero la Fiesta Plop, que es un formato de Buenos Aires, allá se hace todos los viernes. Los chicos viven de lo que generan viernes a viernes; entonces ya están proyectando la fiesta del abrazo del reencuentro, y están vendiendo las entradas. Medio con la consigna de “chicos, hace 13 años que les estamos dando la Fiesta Plop, ayúdennos a poder seguir existiendo por lo menos”. Dicen que ya llevan vendidas unas cuantas entradas. Que es a un futuro que no conocés: esto puede ser en agosto, septiembre, octubre: no se sabe.
—Depende la situación de cada uno, pero por ahí tenés que salir a armar un equipo de trabajo, una estructura de proveedores.
—En mi caso particular a los chicos no los voy a dejar colgados: esto es una responsabilidad mía, no es cuestión de decirles “no hay más trabajo”. Sé que esto va a volver, mientras me den las posibilidades voy a seguir teniendo mi equipo; seguiremos haciendo cosas. Los voy a seguir manteniendo y apostar a que esto vuelva. La realidad de cada uno es totalmente distinta, me imagino las empresas de sonido y luces, que tienen 20 empleados y no están poniendo un solo foco. Se va hacer complicado, como decís.
—Justamente, si tenés que hacer un evento de determinadas dimensiones y necesitás un sonido acorde, a lo mejor la empresa con la que trabajabas se fundió. O necesitás un proveedor porque se van a expender bebidas, y a lo mejor está con problemas. Se rompe toda la cadena.
—Totalmente, eso es una realidad. Y otra es el arranque. Pongamos una fecha posible: el 1 de agosto. Salvo para lo que sea reprogramado (de todo lo que tuve que suspender), no puedo decir empiezo a vender las entradas el 1 de agosto para el 2: necesito un mes de anticipación para vender las entradas.
Otro tema va a ser la saturación, porque todo lo que no se hizo de marzo a agosto se va a hacer todo junto. Entonces va a haber una sobreoferta, las salas no van a dar abasto. Va a ser largo y no sólo lo vamos a sufrir económicamente, sino en logística.
Ojo: tanto los que somos promotores de eventos en el interior como los que producen las obras en Buenos Aires estamos absolutamente convencidos de que esto que se está haciendo, la cuarentena, es lo mejor, y lo que nos va a ayudar a volver antes. Por eso la campaña dice: “Quedémonos en casa para que vuelva el vivo”; ese es apoyo a todo lo que se está haciendo: a nadie se le ocurre en este momento decir “cómo van a estar cerrando, nos dejan sin trabajo”.
—Cuidémonos más, así estamos mejor para volver antes.
—Exactamente: cuidémonos todo lo posible para volver cuando se pueda, y cuando antes sea mejor, por supuesto (risas).
El otro día compartimos tres videos: el de Aadet, el de Acmma (la asociación de managers) y el de Eventos Unidos: porque esto también incluye congresos, conferencias, la Expo Agro, las ferias. Hicimos un sondeo no rápido pero sí estimativo, de que entre marzo y abril se suspendieron o se van a reprogramar más a de 800 espectáculos en la provincia, de medio para arriba; después sacá lo que sean los pueblos, los más chicos, los boliches, que no es menor.
Y calculamos que de la industria del espectáculo en sí viven más de 10.000 familias. Es un dato relevante, porque algunos dice “eh, el productor”. El productor es uno que trae la obra, pero llama al periodista, al agente de prensa, al canal de televisión, al que hace vía pública, al que hace radio; al acomodador, a la sala, al transportista, al de sonidos y luces. No es solamente el productor el que tiene problemas, es toda la industria.