Jueves 4.8.2022
/Última actualización 12:20
El compositor, arreglador, cantante y saxofonista platense Mato Ruiz está presentando “Especie Bebé”, su nuevo álbum de estudio. Es un disco de siete canciones propias producidas por Mauro Cambarieri que pueden enmarcarse dentro del universo rock/pop, con un pie en la pulsión del rock y una búsqueda sonora actualizada a las tendencias urbanas actuales.
El disco tiene la particularidad de estar atravesado por la situación mundial previa a la pandemia y durante la misma, momento que le otorgó esa profundidad simbólica y musical. Y cuenta con invitados de lujo: Noelia Recalde pone las voces en “Estabas cerca” y Lisandro Aristimuño en “Control”; el solista rionegrino también produjo “Mirar de afuera”, que cuenta con la participación en dobro y guitarra slide de Nico Bereciartúa.
El Litoral conversó con el polifacético artista para adentrarse en el concepto y la cocina de este material que habla de las tensiones de nuestro tiempo.
El arte de tapa, diseñado por Richard Baldoni. Foto: Gentileza producciónHumanidad en crisis
-¿Cómo surgieron las canciones de “Especie Bebé”, y cómo fue el proceso hasta producirlo y grabarlo, con la pandemia de por medio?
-Durante los últimos años toqué solo, bastante; porque tuve un proyecto durante muchos años que se llamó Mutandina, una banda. Cuando ese proceso terminó, que fue después de unos 12 años, en 2012 o 13, empecé a tocar solo y planeé la salida de mi disco anterior, “Alimento”. Toqué bastante con diferentes bandas, armé y desarmé; soy arreglador y productor, entonces mi berretín un poco es jugar con las sonoridades, los instrumentos y las instrumentaciones.
Pero después de eso me cansé de estar cambiando de músicos y estar yendo de acá para allá, así que por fin decidí armar una banda. Esto fue en el 2018, entonces planeamos sacar un disco: grabamos la mitad a fines del 2019, y fueron los adelantos que fueron saliendo, que son “Otoño”, “Control”, y “Para ver”. Pero luego vino la pandemia, así que tuve que reformular la forma de hacer el disco, y ponerme a laburar de una forma que no había hecho nunca, a distancia. El batero grabó en su casa, solo: alquiló algunos micrófonos que le faltaban para su estudio. Y sobre eso empezamos a trabajar las canciones con el bajista y productor, que es Mauro Cambarieri.
Las canciones tienen un espíritu del que sale el nombre “Especie Bebé”: esta cosa de descontrol de nuestra especie, hablando del ser humano, de nuestra civilización y del lugar a donde llegamos. Si bien no hablan todas las canciones exactamente de eso, hay un espíritu medio filosófico acerca del rumbo de la humanidad.
-Es como una humanidad que es bebé porque no creció.
-Exactamente. En algún momento pensé, como disparador (estaba leyendo algunas cosas), en los dinosaurios y la cantidad de millones de años que vivieron en la tierra. Al final se extinguieron porque cayó un meteorito, ponele, pero no porque destruyeron su hogar, su casa. El ser humano que tiene algunos miles de años, en poco tiempo (en estos últimos cien años, o quizás un poco antes) tomó las decisiones que nos ponen en esta situación casi de autoextinción: si todo sigue como está no hay mucho futuro: eso lo sabemos todos.
Pensaba en esta idea de lo poco que hace que está el ser humano en la Tierra, y su falta de madurez, después vino la pandemia; el tema “Especie Bebé” es un poco anterior, la pandemia nos hizo bajar un par de escaloncitos más rápido, pero la dirección sigue siendo la misma. Pensé cuando vino la pandemia que quizás el mote de “bebé” era en extremo amable, condescendiente: pienso que la maldad, el egoísmo y la falta de empatía y todo lo que hizo que la desigualdad sea algo tan importante hoy no tiene que ver con ser inmaduro, hay una cosa más oscura.
A la hora de planear el arte de tapa con el diseñador (Richard Baldoni) tuvimos muchas idas y vueltas, porque me decía: “No puedo imaginarme algo negativo con un bebé; estás diciendo que es un bebé y al mismo tiempo todas estas cosas que son muy oscuras”. Pero creo que logró con esa idea resumir un poco muy inteligentemente el asunto del bebé y de la especie que aniquila todo, como dicen en la canción.
Paleta eléctrica
-Hablabas de las instrumentaciones. ¿Estaba pensada para este formato cuando arrancaste? “Alimento” era mucho más acústico, tenía más que ver con eso de tocar solo y con otras formaciones, acá ya suena para la banda eléctrica con la que las estás tocando ahora.
-Sí. Venía de una banda eléctrica, muy bailable, potente, muy arriba, que era Mutandina. “Alimento” responde a un momento en el que iba a nacer mi segundo hijo, cambió mi forma de componer; ya no tenía banda, así que empecé a tocar con la guitarra criolla. Decidí componer un repertorio para poder tocar solo, porque tocaba solo las canciones de la banda y me sonaban en extremo vacía, no me hallaba. Fue un poco ejercitar la soledad; y en ese ejercicio también exorcicé la producción de esa soledad: me costó mucho hacer un disco más despojado, porque mi tendencia es a llamar gente y a producir sonoramente más grande.
Después de tocar tanto tiempo solo, y de haberme dado el gusto de conocer esta cosa más íntima (cuando tocaba en vivo llegaba a niveles de susurro, cosa que con una banda no se puede), empecé a extrañar la electricidad: tenía mi equipo valvular ahí llenándose de telarañas. Decidí volver un poco al rock y al volumen; además coincidieron un poco las épocas de querer decir cosas que estaba sintiendo que tenían que ver con la transformación del mundo, y no las podía decir susurrando: necesitaba un poco de presión sonora para eso.
Armé en principio un cuarteto, pero para la presentación del disco llamé más gente, para defender esa sonoridad tan cargada del álbum: tiene un montón de capas, hemos llegado a mezclar hasta 140 canales, un delirio. Lo que tiene es que se logró un equilibrio entre esta cantidad de información y que no se pierda el sentido del formato canción, y lo que decimos. Especialmente con la pintura de Mau, que es un capo productor, logramos orquestar y producir esa sonoridad con mucho detalle: mucho laburo, muchas capas sonoras, muchos momentos; y una producción muy delicada, detallada. Para salir a defender eso necesitaba de más músicos, y ahora en el show somos ocho.
-Mauro fue compañero tuyo en Mutandina, así que se conocen hace como 20 años.
-Cuando armé la banda lo hice con gente que me conocía y que me quería, y a la que yo quería.
-Como coproductores, ¿cómo rindió esa relación previa?
-Es buenísimo; porque al ser yo arreglador, y haber tocado mucho antes de lanzarme como compositor junté muchos estilos, muchas vivencias musicales diferentes, variadas. Armé Mutandina con el deseo de poder volcar toda esa información. Entonces la gente que tocó conmigo tuvo que subirse a distintas formas de tocar la música, porque mi idea era mezclar todo eso que había hecho.
Al haber él vivido conmigo y con mis canciones ya entendía de qué se trataba ese mestizaje, este cóctel musical que propongo; que tiene que ver con vivenciado muchas formas de hacer música, muchas personas haciendo música. No tengo que explicarle nada, él entiende por dónde va; además es un tipo que también ha hecho mucha música. Entonces a la hora de hacer este maridaje en la producción funcionó perfectamente. No solo que comprendió sino que aportó toda su experiencia y su cancha con cuestiones de producción y de sonido, alucinantes: por eso creo que también el disco creció un montón. Cuando uno trabaja con alguien con el que se entiende y suma, los resultados son mejores.
Amigos musicales
-Hablabas de los adelantos grabados antes del aislamiento; ahí hiciste “Estabas cerca” con Noelia Recalde, y “Control” con Lisandro Aristimuño. Después él produjo la canción “Mirar de afuera” en su estudio Viento Azul.
-Tanto Lisandro como Noelia conocían (y les gustaba) Mutandina, entonces el acercamiento viene por el lado musical y desde hace muchos años. Con Lisandro toqué a principios de los 2000: de hecho tocó en la presentación del primer disco de Mutandina, en 2004. Así que tenemos una amistad musical de hace muchos años: somos colegas y siempre estamos atentos. Cuando salió lo de “Control” me pareció que era bueno invitarlo a cantar.
Cada vez que nos veíamos me hablaba de “Mirar de afuera”, que es un tema que tiene 25 años; lo había compuesto en la época de Mutandina, que lo tocamos muy pocas veces. Pero lo tocamos en las presentaciones de discos, tanto en La Plata como en Capital, no tenía ni nombre. Quedó rápidamente fuera de la lista, porque como era una banda muy “arriba” cayó en la autocensura de no tocar canciones que no estuvieran a ese ritmo, esa energía. Pero de esa presentación en vivo quedó un cassette, que Lisandro guardó. Lo escuchó mucho, era muy fanático de esa canción, y le hizo bien en una época en que estaba medio deprimido. Siempre que nos veíamos a lo largo de los años me volvía a repetir esa anécdota.
Cuando grabamos las voces de “Control” en su estudio, me dijo: “Ya que estás acá, grabame la canción”. Me anoté la letra, porque no me la acordaba, y le tiré: “Tanto que te gusta este tema, ¿por qué no lo producís como te gustaría escucharlo?”. “Listo, dale”. Llamamos a Nico Bereciartúa, un guitarrista fabuloso, y armamos esta versión que tiene bastante de parecido con la original, pero buscamos una sonoridad que vaya por otro lado, que calzara con el disco.
En cuanto a “Estabas cerca” con la Noe: ella tenía una banda que se llamaba Valbè, donde tocaba el baterista de Mutandina (Christian Faiad); son todos de Gualeguaychú; y había como una troupe gualeguaychense que eran fans de Mutandina; eran todos muy chicos, mucho más chicos que yo. Así que a la Noe la tengo vista desde hace muchos años, porque ella en algún momento salió con el hermano de Chris, había una cosa medio de parentesco.
En el disco “Alimento” tuve ganas de invitarla, y al final por una cosa o por otra al final no salió y me quedó pendiente. Para este tema pensé “acá la llamo a la Noe”; le dije: “Quiero que cantes una estrofa y al final de este tema cantes una suerte de rap pero melódico”; me parecía que estaba bueno. Me mandó una improvisación que está al final del tema, quedó buenísima y es de ella. Me parece que su participación al tema le da un vuelo alucinante, porque la forma en que ella canta es así: tiene un espíritu muy conmovedor.
-Aparte al tener esa letra que ella agrega le pone una impronta que va más allá de la interpretación.
-Sí, el tema toma vuelo propio, está buenísimo. Es uno de los más escuchados, por lo que puedo monitorear: de los que más gustan.
Canciones de encierro
-Ahora está todo el material publicado. ¿La idea es presentarlo lo más que puedas o también tenés en la cabeza canciones nuevas?
-Hay canciones: imaginate que este disco fue producido en pandemia pero está compuesto antes. Durante la pandemia hice casi un disco entero para editar. Pero tenemos que darle tiempo a este que se desarrolle, presentarlo y defenderlo. Ahora tenemos una presentación en Capital el 29 de septiembre, hay una gira por Córdoba, y quizás por Entre Ríos. Y tengo muchas ganas de ir a Santa Fe.