Rusia rechazó acusaciones del Gobierno tras la filtración de audios de Karina Milei
La embajada rusa desmintió toda vinculación con el caso y calificó de infundadas las versiones que mencionan supuestas maniobras de inteligencia extranjera en la política argentina.
Milei analizó con su equipo las repercusiones políticas del escándalo en plena campaña. Crédito: REUTERS.
La filtración de audios atribuidos a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, provocó un fuerte impacto político. El Gobierno denunció una operación de inteligencia vinculada a Rusia y Venezuela, lo que generó la inmediata reacción de la embajada rusa en Argentina.
El caso salió a la luz tras la difusión de grabaciones presuntamente obtenidas en la Casa Rosada. El Ministerio de Seguridad, bajo la conducción de Patricia Bullrich, presentó una denuncia judicial señalando que se trató de una maniobra de desestabilización.
La ministra de Seguridad apuntó contra servicios de inteligencia extranjeros al presentar la denuncia.
El escrito, presentado por el abogado Fernando Soto ante el juez federal Julián Ercolini, sostiene que la filtración buscó “alterar el clima social y económico en plena campaña”. Para el oficialismo, la gravedad radica en que se trataría de espionaje en el corazón del Ejecutivo.
Según la denuncia, el episodio constituye “un ataque directo a una de las principales figuras del Gobierno” mediante prácticas prohibidas por la Ley 25.520 de inteligencia. El Ejecutivo describe la filtración como una “burda operación de inteligencia no institucional”.
Repercusiones políticas
El caso también expuso tensiones dentro del oficialismo. La filtración repercutió en la interna libertaria, generando roces entre quienes responden a Karina Milei y los funcionarios cercanos a Santiago Caputo. La oposición kirchnerista, a su vez, cuestionó al Gobierno.
Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, quedó en el centro de la polémica. Crédito: REUTERS.
En la Casa Rosada reconocieron que los audios tuvieron un fuerte impacto negativo en la campaña, al coincidir con un contexto de fragilidad económica y con la recta final hacia las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.
La respuesta de Rusia
La embajada rusa, encabezada por Dmitry Feoktistov, salió a rechazar cualquier relación con lo ocurrido. “Rechazamos categóricamente estas acusaciones, considerándolas infundadas y falsas”, señaló el comunicado oficial difundido en Buenos Aires.
El comunicado de la Emabajada de Rusia en Argetina.
El texto también cuestionó lo que describió como una narrativa recurrente: “El deseo de ver espías rusos en cada esquina es irracional y destructivo”. La representación diplomática lamentó que su país aparezca vinculado a la política interna argentina.
El gobierno ruso insistió en que su relación con la Argentina se basa en la cooperación y el respeto mutuo. Además, recordó que en octubre se celebrará el 140° aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas bilaterales.
La embajada expresó que ese aniversario debe conmemorarse bajo un espíritu de amistad y no a través de lo que calificó como “una historia de espionaje ficticia”. El comunicado buscó cerrar la polémica y reafirmar la voluntad de mantener lazos sólidos.
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