La causa por el asesinato de Diego Fernández Lima, el adolescente asesinado en 1984 y cuyos restos fueron encontrados más de cuatro décadas después en una vivienda de Coghlan, volvió a tomar impulso. Tanto la querella como la fiscalía decidieron apelar el sobreseimiento de Cristian Graf, ex compañero de colegio de la víctima, acusado de encubrimiento.
Por encubrimiento
Apelaron el sobreseimiento de Cristian Graf por el crimen de Diego Fernández Lima
La fiscalía y querella presentaron recursos para que se reabra la investigación, tras el hallazgo de los restos del adolescente más de 40 años después.
El fiscal a cargo, Martín López Perrando, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, explicó que “el delito de encubrimiento es un delito autónomo” y que debe ser evaluado “de forma separada” del homicidio, enfatizando que el tiempo transcurrido no determina automáticamente la prescripción.
Según López Perrando: “no resulta prudente considerar que la acción prescribió, ya que […] la falta de autor impide la declaración de prescripción que necesariamente debe formularse en concreto”.
Hallazgo de los restos
Los restos de Diego fueron hallados el 20 de mayo de 2025 por un grupo de obreros que levantaba una pared medianera en la vivienda de avenida Congreso 3748, lindera a la propiedad del acusado. “Nadie de esa casa llamó a la Policía. El hallazgo no solo parecía no sorprenderlos, sino que era, más bien, el efecto de la mala fortuna”, señaló el fiscal.
Además, López Perrando agregó que “el nerviosismo indicado por los testigos y las manifestaciones vinculadas con la preservación de una planta del jardín explican el conocimiento previo de la fosa por parte de Graf y su intención de que permaneciera oculta”.
Una vez encontrados los restos, “su preocupación se transformó en ocupación al exteriorizar su conducta encubridora”. Para el fiscal, el encubrimiento se prolongó hasta el momento del hallazgo y, por ello, no se encuentra prescripto.
La postura de la querella
La querella, integrada por Javier Fernández Lima, hermano de Diego, también presentó su apelación. En su escrito afirmaron que el imputado “no recuerda nada. No recuerda la desaparición de mi hermano, no recuerda a sus compañeros de colegio, no recuerda el nombre del abogado que lo asesoró ni bien inició el presente caso; sin siquiera, pareciera, hacer un esfuerzo para recordar”.
Sobre los restos encontrados, destacaron: “No sólo estos restos permitieron probar que mi hermano había recibido una herida corto punzante, especialistas del Equipo de Antropología Forense nos explicaron que Diego había sufrido muchos cortes de manera que se podía concluir que se pretendió desmembrarlo, como así también describieron cómo es que se lo había ocultado todo este tiempo”.
La querella también expresó su frustración por la falta de avances durante más de 40 años: “A lo largo de estos más de 40 años, los órganos del Estado no han profundizado, ni indagado mínimamente el contexto en el cual se produjo, primero la desaparición de Diego […] y ahora la confinación de su muerte violenta”.
Finalmente, concluyeron: “Esta situación debe ser revertida y debe avanzarse en el esclarecimiento de la verdad de todo lo acontecido, pues en caso contrario quedará en evidencia la responsabilidad del Estado argentino en una flagrante violación de los derechos humanos de la familia Fernández Lima”.
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