Por José Luis Pagés
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Una investigación policial sacó a superficie un caso de trata de personas inédito en la región _por las características de las víctimas_, en la zona norte de nuestra ciudad.
Impuesto de la situación, el juez de Instrucción de 1ra. Nominación Dr. Jorge Pegassano libró una orden de allanamiento para un inmueble situado en el corazón del barrio Santa Marta.
La orden judicial, que se hizo efectiva al promediar la tarde de ayer, permitió localizar a una adolescente desaparecida días atrás, además de otras dos niñas de 13 años de edad.
Dos de las menores contaban con pedidos de localización y paradero para ser restituidas a sus respectivos hogares, pero no así una tercera a quien nadie había reclamado hasta el momento.
El procedimiento encabezado por el jefe de la Seccional 7a. fue resistido por el dueño de casa, David Slaminsky (58), no obstante, éste fue reducido y la comisión entró por la fuerza.
El comisario Gastón Pelegri sorprendió en el lugar a un hombre de 40 años y también a una mujer de 21, cuyo desempeño en el lugar seguramente será motivo de investigación.
Pero lo que hará de éste un caso emblemático de la trata de personas en nuestro medio, no fue el hallazgo de la menor buscada sino la aparición de otras dos criaturas, ambas de apenas 13 años de edad.
Las menores fueron retiradas por la policía desde las tres o cuatro habitaciones individuales donde permanecían alojadas a la espera de los clientes que visitaban la casa.
El comisario Pelegri hizo conocer el resultado arrojado por el procedimiento a la Jefatura de la URI y las chicas pasaron inmediatamente a disposición de la Justicia de Menores.
Los policías encontraron y secuestraron elementos como preservativos y otros vestigios que hacen creíbles los dichos de quienes aseguraron que allí las chicas eran obligadas a ejercer la prostitución. Una de las menores, la que había escapado de su casa el 14 del corriente viviría en el extremo norte de la ciudad a la altura de avenida Peñaloza.
Las otras dos niñas habrían sido captadas mediante engaños en el barrio San Agustín. Las tres estaban recluidas en otros tantos cuartuchos o dormitorios.
Entre los investigadores se da por hecho que las niñas no sólo eran ofrecidas a clientes habituales sino que también estaban en oferta para la venta a proxenetas de otras ciudades o provincias.
Incluso, presumen los policías que las chicas eran sometidas a sesiones fotográficas para despertar el interés de los potenciales clientes residentes en puntos alejados de la región. La actividad prostibularia que tenía lugar en el inmueble del barrio Santa Marta o Ceferino Namuncurá, según se pregunte a uno u otro vecino, se disimulaba tras la apariencia de un taller de chapa y pintura.
Ahora la Seccional 7a. instruye las actuaciones sumarias que involucran al dueño de la casa ubicada en Ex Combatientes de Malvinas 6421 por los presuntos delitos de privación ilegítima de la libertad y corrupción de menores.