Si hay un postre que une generaciones y despierta recuerdos de infancia, ese es el flan. Su sabor suave y su textura aterciopelada lo convierten en un favorito de la mesa familiar.

El flan es un clásico de la repostería que nunca pasa de moda. Con su textura cremosa y su delicado toque de vainilla, se convierte en el postre ideal para cualquier ocasión. Te mostramos cómo prepararlo paso a paso para disfrutarlo en casa.

Si hay un postre que une generaciones y despierta recuerdos de infancia, ese es el flan. Su sabor suave y su textura aterciopelada lo convierten en un favorito de la mesa familiar.
Además, prepararlo en casa es más sencillo de lo que muchos piensan, y con pocos ingredientes se puede lograr un resultado digno de repostería profesional. En esta nota, te contamos cómo hacerlo de manera clara y práctica, siguiendo la receta que promete conquistar a todos.

El flan es un postre versátil que se adapta a diferentes gustos, pero la base siempre es la misma: huevos, leche, azúcar y esencia de vainilla. A continuación, los ingredientes necesarios para 8 raciones:
8 huevos
350 gramos de azúcar
1 litro de leche
1 cucharada de esencia de vainilla
Para el caramelo:
La cantidad de azúcar que deseen; en esta receta se usan apenas 2 cucharadas para un toque ligero.

Preparar el caramelo
Coloca el molde donde harás el flan a fuego lento con el azúcar. Deja que se disuelva completamente hasta obtener un color marrón claro. Retira del fuego y deja enfriar; el caramelo es lo que dará ese toque brillante y sabor característico al postre.
Calentar la leche
En una olla, hierve la leche junto con el azúcar. Esto permitirá que se disuelva bien y que el flan tenga una textura homogénea y cremosa.
Mezclar los huevos
En un bol, bate los huevos y añade la leche caliente y la esencia de vainilla. Mezcla suavemente para integrar todos los ingredientes sin formar burbujas que puedan alterar la textura del flan.
Hornear a baño María
Vierte la mezcla en el molde acaramelado. Coloca el molde dentro de una fuente más grande con agua caliente para cocinar el flan a baño María. Lleva al horno precalentado y hornea durante 25 a 30 minutos. El baño María asegura que el flan se cocine de manera uniforme y quede cremoso.
Enfriar y desmoldar
Una vez cocido, deja enfriar el flan a temperatura ambiente y luego refrigéralo por unas horas. Para desmoldarlo, pasa un cuchillo por los bordes y voltea sobre un plato; el caramelo formará una capa brillante que hace que este postre sea irresistible.

Aunque la receta es sencilla, hay algunos detalles que marcan la diferencia:
Temperatura de la leche: No debe estar demasiado caliente al mezclarla con los huevos, para evitar que se cocinen antes de tiempo.
Caramelo ligero: Si no te gusta demasiado dulce, reduce la cantidad de azúcar del caramelo, como se sugiere en esta receta.
Paciencia al hornear: No abras el horno antes de los primeros 20 minutos para que el flan no se agriete.
Presentación: Puedes acompañarlo con frutas frescas, crema batida o incluso un poco de chocolate derretido para darle un toque especial.
Su preparación sencilla y su sabor suave lo convierten en un clásico que siempre sorprende. Ya sea como cierre de una comida familiar, en un cumpleaños o simplemente para disfrutar a media tarde, este postre nunca falla.
Siguiendo estos pasos, cualquier persona, incluso sin experiencia en repostería, puede lograr un flan cremoso y delicioso. Prepararlo en casa permite además controlar los ingredientes y personalizarlo al gusto de cada uno.