Tarta de frutillas con crema y gelatina: una receta fresca y dulce
Una preparación simple, ideal para reuniones familiares, cumpleaños o para disfrutar en cualquier momento. Ingredientes accesibles, pocos pasos y un resultado que enamora a todos.
Es una receta clásica, muy elegida para la temporada de calor por su frescura
Antes de comenzar, vale una aclaración: esta tarta combina una base casera, crema batida suave, frutillas frescas y una capa brillante de gelatina. Es una receta clásica, muy elegida para la temporada de calor por su frescura y su presentación colorida. A continuación, todo lo que necesitás para prepararla en casa.
Combina una base casera, crema batida suave, frutillas frescas y una capa brillante de gelatina.
Ingredientes
Para la masa:
300 g de harina leudante
100 g de manteca pomada
100 g de azúcar
2 huevos
Esencia de vainilla, a gusto
Pizca de sal
Para el relleno:
250 g de crema de leche
Frutillas frescas
1 sobre de gelatina de frutilla o frutos rojos
3 cucharadas soperas de azúcar
Paso a paso para una tarta perfecta
1. Preparar la masa
En un bowl, mezclar la manteca pomada con el azúcar. Integrar los dos huevos, la esencia de vainilla y la pizca de sal. Revolver bien y agregar la harina leudante hasta formar una masa homogénea.
Llevarla a la heladera durante al menos 30 minutos.
Pasado ese tiempo, enmantecar y enharinar un molde de tarta. Estirar la masa con palote, colocarla en el molde y llevar a un horno precalentado a 170/180 °C. Cocinar 15 minutos con peso encima (porotos, papel aluminio o piedras para hornear) para mantener el centro parejo. Retirar el peso y hornear hasta que dore.
La capa de gelatina es clave para darle color, brillo y para proteger la fruta.
2. Preparar el relleno
Batir la crema de leche junto con las tres cucharadas de azúcar hasta que tome cuerpo, sin llegar a chantilly firme.
Cubrir la base de la tarta con esta crema. Lavar las frutillas, cortarlas a la mitad y distribuirlas prolijamente sobre la superficie.
El toque final: gelatina brillante
La capa de gelatina es clave para darle color, brillo y para proteger la fruta. Para prepararla, usar solo la mitad del agua indicada en el envase:
Disolver el sobre de gelatina en 250 ml de agua hirviendo.
Agregar luego 250 ml de agua fría.
Para acelerar la gelificación, colocar un bowl con agua helada y hielo. Dentro de ese bowl, apoyar la ollita con la gelatina y revolver hasta que comience a espesar. Sabremos que está lista cuando aparezca una espuma ligera y tome una textura similar a un jarabe.
Con ayuda de una cuchara, verter la gelatina sobre las frutillas y cubrir toda la superficie.
Llevar la tarta a la heladera hasta que la gelatina solidifique por completo. Si se desea, se puede decorar el borde con crema usando una manga.