El bizcochuelo de avena hecho en licuadora se ha convertido en una receta tendencia por su sencillez, rapidez y perfil saludable.

La preparación permite hacer un bizcochuelo nutritivo en apenas 15 minutos, sin harina refinada ni azúcar agregada. Esta receta que admite variaciones según el gusto, sin perder su esencia saludable y su fácil preparación.

El bizcochuelo de avena hecho en licuadora se ha convertido en una receta tendencia por su sencillez, rapidez y perfil saludable.
Con pocos ingredientes y sin azúcares refinados, es posible lograr una opción nutritiva para la merienda en tan solo 15 minutos.
A continuación, el paso a paso, las variaciones posibles y las razones por las que esta receta se destaca como alternativa funcional y accesible.

La clave de esta receta es su simpleza: cuatro ingredientes básicos (avena, leche, huevos y un endulzante natural), más algunas opciones para personalizar.
Los ingredientes necesarios para unas 6 porciones son: 2 tazas de avena (puede ser tradicional o instantánea), 2 huevos, 1 taza de leche (puede usarse vegetal) y una banana madura o 2 cucharadas de miel para endulzar.
Preparación:
Colocar en la licuadora la avena, los huevos, la leche y la banana (o la miel) y licuar hasta obtener una mezcla uniforme.
Si la mezcla resulta demasiado espesa, se puede agregar un chorrito extra de leche para ajustar la consistencia.
Verter la mezcla en un molde previamente engrasado o forrado con papel manteca.
Hornear a 180 °C durante 30 a 35 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo este salga seco.
Dejar enfriar antes de desmoldar para preservar la textura esponjosa.
Por qué esta receta es una buena alternativa para la merienda

Este bizcochuelo combina ingredientes sencillos, pero con un valor nutritivo interesante. La avena aporta fibra, proteínas y energía sostenida, lo que favorece la sensación de saciedad y puede contribuir a una digestión más lenta.
La ausencia de azúcares refinados también la convierte en una opción más controlada para quienes cuidan su ingesta o prefieren alternativas más naturales.
La receta admite varias modificaciones para adaptarse a distintos gustos o necesidades. Se puede añadir una cucharadita de polvo de hornear para que el bizcochuelo quede más aireado.
También se puede agregar esencia de vainilla, canela o ralladura de limón.
En cuanto al endulzado, quienes prefieran evitar el azúcar refinado pueden recurrir a alternativas naturales: banana madura, miel, jarabe de agave, dátiles procesados o pasas.
Además, otros recursos aromáticos como cacao amargo, canela o vainilla potencian el sabor sin añadir calorías vacías.

Para una miga más esponjosa, incluir polvo de hornear (1 cucharadita) ayuda a que el bizcochuelo levante más al hornearse.
Si se busca maximizar el dulzor natural, usar banana como endulzante aporta humedad y estructura sin recurrir a edulcorantes industriales.
Una vez horneado, se sugiere dejar enfriar antes de desmoldar para evitar que la miga se rompa.
Para conservarlo, puede guardarse en un recipiente hermético: si se mantiene a temperatura ambiente por uno o dos días conserva bien su textura. También se puede congelar en porciones pequeñas para usar luego.n azúcar