Algunos viajaron con la delegación en el chárter, otros aprovecharon la cercanía con Río de Janeiro e hicieron un poco de turismo y de playa, la mayoría había planificado el viaje cuando apenas comenzó esta aventura internacional de Unión con aquel triunfo ante este mismo rival, con el gol agónico –y muy festejado- de Diego Armando Díaz, en la primera fecha, cuando todo hacía suponer que Unión iba a tener otra suerte en este torneo.
Fue mucho más de un centenar de tatengues que alentaron toda la noche y que se hicieron sentir a pesar de los más de 20.000 torcedores del Cruzeiro (cifra oficial).
Unión no estuvo solo en el Mineirao. Más allá del muy magro y negativo primer semestre, donde un plantel que se armó con otra esperanza y otros objetivos terminó saliendo último en la Liga Profesional y también último en la zona E de la Sudamericana, el hincha decidió acompañarlo.
Mirá tambiénAsí quedó la tabla de posiciones de la Copa Sudamericana tras el empate de Unión y CruzeiroPorque si algo no se extingue, a pesar de los resultados, es la pasión y el “aguante” del hincha, que sin dudas es lo más sano y genuino que tiene el fútbol.
El plantel de Unión viajó de inmediato, apenas terminado el partido, en vuelo chárter con destino al aeropuerto de Sauce Viejo. Fue licenciado hasta el 9 de junio y allí se iniciará la pretemporada que tendrá, como primer objetivo, el partido del 28 del mes que viene ante Rosario Central por la Copa Argentina.
Cruzeiro ganó dos Copas Libertadores, una en 1976 en la final que venció a River en el tercer partido y la de 1997, cuando se midió con Sporting Cristal. Luego jugó dos finales que perdió, una de ellas en 1977 ante el Boca de Lorenzo, que dos años antes había dirigido a Unión. Tiene dos intercontinentales perdidas y ganó cuatro veces el Brasileirao. En 2022 jugó en la B y ascendió. Pero además tiene dos Supercopa (la jugaban los campeones históricos de la Libertadores) y una Recopa Sudamericana, entre otros logros internacionales como la copa Nicolás Leoz. En un país extremadamente futbolero y con muchos “grandes”, participó en 17 ocasiones de la Libertadores y en 8 de la Sudamericana. Números que reflejan la trascendencia de este rival que tiene Unión, en una ciudad que ya ha visitado en 2020 cuando le tocó disputar la primera fase ante Atlético Mineiro, de la mano de Leonardo Madelón, cuando lo derrotó 3 a 0 en Santa Fe y cayó 2 a 0 en Belo Horizonte.
Ese partido no se jugó en el Mineirao, sino en el estadio Independencia, que fue una de las sedes de aquella copa del mundo de 1950, cuando se produjo al famoso “Maracanazo” con la victoria de Uruguay por 2 a 1 ante Brasil. En este estadio, el Mineirao, que es utilizado por los dos grandes rivales de esta ciudad, alguna vez Cruzeiro metió más de 130.000 personas y fue en ese mismo año de la final de 1997 ante Sporting Cristal, cuando hubo 132.000 personas en un partido ante Vila Nova. Hoy, el estadio tiene una capacidad para 60.000 personas y fue el escenario del encuentro que jugaron Alemania y Brasil por el Mundial de 2014, el día del 7a 1 que muchos comparan con aquel Maracanazo.
Siguiendo con el estadio, se inauguró el 5 de setiembre de 1965 y en ese momento medía 115 metros de largo por 78 de ancho. Era verdaderamente interminable. Luego se lo redujo para que las actuales dimensiones estén acorde con la generalidad de los escenarios: mide 105 metros de largo por 68 de ancho.
A propósito de ese torneo de 1997, se dio un hecho muy curioso e irrepetible: fue la única vez que un equipo salió campeón a pesar de haber perdido los tres primeros partidos en la fase de grupos.
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