Patronato empató sin goles ante Almagro y logró la clasificación al Reducido
El Rojinegro igualó 0-0 sin goles ante el Tricolor y le sirvió para llegar a la próxima instancia a falta de una fecha para el final del torneo de la Primera Nacional. Entre reproches e insultos, así se retiró el equipo de Gómez.
El Rojinegro se retiró entre reproches y aplausos. Foto: Prensa Patronato
Todo estaba preparado para una fiesta, pero el público despidió al equipo entre reproches y aplausos, entendiendo que pese a conseguir el objetivo de clasificar al Reducido, la imagen fue mala, Almagro generó más que Patronato y genera “preocupación” de cara a lo que viene.
El Grella vibró y se vistió acorde a lo que la tarde pedía, color, clima de final. Pese al momento, Patronato solo tuvo pasajes en una primera parte en la que Almagro se la hizo difícil y hasta terminó generando las situaciones más claras frente al arco de Alan Sosa, que tuvo mucha actividad y hasta terminó ofuscado.
Lattanzio fue lo más peligroso, enganchando al centro sacó varios remates en los que Sosa tuvo que intervenir. Castro Ponce, en el centro, tuvo un fuerte remate que pasó cerca, lo más peligroso dentro de lo generado por la visita, que jugaba una marcha más que Patrón y hasta le ganó el medio y buscó aprovechar cada pelota que robó y quitó en tres cuartos de cancha.
Al Negro todo le costó, solo una situación en la que Bellatti encontró el cuerpo de Castro en su cabezazo. Después, todo le costó, desde asociar hasta hilvanar juego. Frente al arco de Emiliano González poco y nada. El plantel terminó reprochándose y Gómez peleándose con un plateísta, la cara final de una primera parte incómoda para el Rojinegro.
El Rojinegro se retiró entre reproches y aplausos. Foto: Prensa Patronato
Incómodo
El complemento no tuvo una imagen diferente, al contrario, la lucha volvió a predominar y la única chance concreta de Patronato fue a los 43 minutos con un remate desde lejos de Marcos Enrique, el resto, salvo insinuaciones, fue todo de Almagro.
Axel Rodríguez tuvo una chance clara en el arranque del complemento y no pasó nada más que un cotejo disputado, repleto de errores y malas decisiones de un lado y otro. Patronato intentó pero quedó sólo en eso, intentos. Diosquez estrelló un remate en el palo y Alan Sosa se lució para evitar el gol de Cucchi.
Patronato empató, consiguió su objetivo y nada más. No se lució, no jugó bien, no convenció y afrontará la última fecha con la necesidad de seguir sumando para escalar posiciones y conseguir otro objetivo, clasificar a la Copa Argentina 2026. El próximo sábado, a las 15:30, terminará la etapa regular de la Primera Nacional en Caballito frente a Ferro.
Patronato: Alan Sosa; Gonzalo Asis, Gabriel Díaz, Santiago Bellatti, Ian Escobar; Maximiliano Rueda, Santiago Gallucci, Juan Barinaga, Julián Marcioni; Alan Bonansea y Federico Castro. DT: Gabriel Gómez.
Almagro: Emiliano González; Martín García, Julián Vitale, Ulises Yegros, Marcos Pinto; Tomás Castro Ponce, Luis Jérez Silva, Ángel González, Carlo Lattanzio; Lucas Baldunciel; Axel Rodríguez. DT: Andrés Montenegro
Modificaciones: Valentín Pereyra por Rueda; Matías Pardo por Castro; Marcos Enrique y Joaquín Barolín por Barinaga y Marcioni (P); Ariel Cháves por Castro Ponce; Nazareno Diosquez por Lucas Baldunciel; Patricio Cucchi por A.González (A).
Una red que recupera alimentos en tiempos de crisis y trabas legales
En el Día de la Concientización sobre las Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, el Banco de Alimentos de Rosario recuerda que un tercio de la producción mundial termina en la basura. Desde hace 14 años, la organización recupera alimentos que iban a descartarse y los distribuye a más de 300 organizaciones sociales que alimentan a 78 mil personas por mes.
El desafío ahora está en superar las trabas normativas y acompañar a empresas que, con procesos más eficientes, generan menos excedentes para donar.
Como cada 29 de septiembre desde 2019, hoy es el Día de la concientización sobre las pérdidas y desperdicio de alimentos en Argentina, una fecha creada para luchar contra la estadística mundial, donde un tercio de lo que se produce termina en la basura.
Hace 14 años que el Banco de Alimentos de Rosario (BAR) trabaja para cambiar los números y la cultura de la producción y consumo, recuperando comida que terminaría en los residuos de empresas y entregándolas a organizaciones sociales que sostienen merenderos y espacios comunitarios. En este aniversario, el BAR enfrenta nuevos desafíos como las trabas normativas y la mejora de la eficiencia de las empresas alimenticias, que al trabajar mejor, tienen menos errores y reducen sus entregas.
Uno de los casos más emblemáticos de BAR fue el rescate de 40 mil toneladas de papas que iban a descartarse al inicio de la pandemia, cuando una empresa de Balcarce, proveedora de una cadena de hamburguesas, se encontró con que sus locales cerrarían y no podría vender esas papas que ya estaban para cosechar. BAR y otros bancos de alimentos del país lo tomaron: pagaron la cosecha, gestionaron el flete y distribuyeron ese volumen por toda Argentina.
Más recientemente, en 2023, el consumo en baja dejó a varias empresas con un sobrestock de bebidas gaseosas: en lugar de destruirlas, BAR gestionó su distribución hacia cientos de familias. “Recuperar alimentos es rescatar lo que iba a tirarse. Contamos con dos cámaras frigoríficas, equipos de voluntarios y una red de logística que garantiza que lo que recibimos llegue en condiciones a los comedores”, explicó Benjamín Massoud, vocal suplente del Banco de Alimentos.
En Argentina se pierden y desperdician alrededor de 16 millones de toneladas de alimentos al año, según datos de la Dirección de Agroalimentos de la Secretaría de Agricultura. El Atlas de Políticas Globales de Donación de Alimentos de The Global FoodBanking Network, basado en información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), detalla que de ese total se pierden 14,5 millones de toneladas en la producción, procesamiento y distribución, mientras que 1,5 millones de toneladas se desperdician en el canal minorista o en los hogares.
Actualmente, BAR asiste a unas 300 organizaciones sociales de Rosario y la región, lo que representa cerca de 78 mil personas que reciben alimentos cada mes. La distribución abarca desde frutas y verduras hasta enlatados, galletitas, pastas y bebidas, según disponibilidad de las donaciones.
Para garantizar la transparencia, cada entrega es auditada: “Si una empresa nos dona, damos trazabilidad. Informamos qué organización recibió y qué cantidad, para que haya confianza en todo el circuito”, remarcaron desde la institución.
La experiencia local forma parte de una red más amplia de bancos de alimentos en el país y en el mundo. Desde 2015, la Organización de las Naciones Unidas impulsa la meta de reducir a la mitad el desperdicio global de alimentos para 2030.
En Rosario, BAR consolidó su trabajo en los mercados mayoristas de frutas y verduras. El programa RecupeBAR, iniciado en 2017 junto al Mercado de Productores y ampliado en 2023 al Mercado de Concentración de Fisherton, superó ya los 1.400.000 kilos de frutas y verduras recuperadas. Sólo en 2024 se rescataron más de 360.000 kilos, gracias a la participación de más de 90 puestos donantes.
En estos años, el crecimiento del trabajo voluntario y el fortalecimiento de alianzas con cámaras empresarias fueron clave para sostener el flujo de recupero.
El Banco de Alimentos de Rosario enfrenta un escenario complejo. Por un lado, el avance de la eficiencia en los procesos de las empresas alimenticias hace que haya menos errores y, por lo tanto, una reducción en el volumen de productos recuperables. Por otro lado, persisten trabas normativas que dificultan las donaciones, como la falta de diferenciación en los etiquetados de vencimiento, lo que hace que alimentos aptos para el consumo terminen en la basura.
“Estamos trabajando en cambios normativos que abordan los ejes necesarios para generar un impacto significativo y positivo en la problemática de la pérdida y desperdicio de alimentos y sus consecuencias”, explicaron desde el BAR. Uno de esos ejes es la creación de una normativa que permita distinguir entre la fecha de “consumo preferente” y la fecha de “vencimiento”. La idea es que, en el margen entre ambas, los alimentos puedan donarse de forma segura, en lugar de descartarse.
Otro aspecto clave es avanzar en cambios regulatorios que hagan más conveniente donar que tirar. En esa línea, se plantea contar con normativas que eliminen barreras impositivas y que, en cambio, generen incentivos para quienes eligen entregar sus excedentes a las organizaciones que asisten a personas en situación de vulnerabilidad.
Mientras BAR perfecciona su trabajo, el contexto social muestra la urgencia. “En la Argentina el hambre no está resuelto. Hay miles de familias que dependen de la asistencia de comedores y merenderos. Nuestro desafío es que la comida no se pierda y llegue a donde más se necesita”, concluyó Massoud.
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