Después de una semana agitada, el mercado cambiario se prepara para un lunes de tensión. El viernes, el dólar mayorista cerró por encima de los $1.450, mientras el blue y los financieros (MEP y CCL) acompañaron con fuertes alzas.

Tras una semana de alta demanda y subas en todos los segmentos, el dólar inicia este lunes bajo la lupa de los inversores. La visita de Javier Milei a Washington, su encuentro con Donald Trump y el llamado “Plan Trump” suman incertidumbre a un mercado que sigue de cerca la intervención del Banco Central.

Después de una semana agitada, el mercado cambiario se prepara para un lunes de tensión. El viernes, el dólar mayorista cerró por encima de los $1.450, mientras el blue y los financieros (MEP y CCL) acompañaron con fuertes alzas.
El Banco Central intervino con fuerza para contener la escalada, aunque operadores advierten que el impacto político del viaje de Milei a Estados Unidos podría condicionar los primeros movimientos de la jornada.

“Los anuncios de apoyo fueron bien recibidos, pero las declaraciones de Trump dejaron dudas. Eso se verá reflejado en los contratos de dólar futuro”, anticiparon desde una sociedad de Bolsa.
La expectativa general es de una apertura volátil y con alta demanda. Los analistas recomiendan seguir tres indicadores clave: el volumen de operaciones mayoristas, el nivel de intervención del Banco Central y la evolución del dólar futuro.

Un volumen alto implicará fuerte presión compradora, mientras que la intensidad de las ventas de reservas marcará el pulso de la estrategia oficial. El objetivo del BCRA, según fuentes del mercado, será mantener la cotización debajo del techo de la banda cambiaria, estimado en torno a los $1.489.
Si ese límite se supera, podría reactivarse la especulación sobre una corrección discreta o “salto controlado” del tipo de cambio.
El dólar blue y los financieros, en tanto, seguirán operando con dinámica propia. “El sentimiento inversor continúa atravesado por la incertidumbre electoral. Cualquier señal política fuerte puede empujar al dólar a nuevos máximos”, advirtió un operador del MEP.
La tensión cambiaria está directamente vinculada con la visita de Javier Milei a Washington. El martes pasado, el presidente argentino fue recibido por Donald Trump en la Casa Blanca, donde discutieron un esquema de asistencia financiera bautizado informalmente como “Plan Trump”.
El paquete incluiría fondos del Tesoro estadounidense y aportes privados por unos US$ 20.000 millones, destinados a reforzar reservas, estabilizar el tipo de cambio y respaldar los bonos argentinos.

Sin embargo, las declaraciones del expresidente norteamericano encendieron las alarmas. “Si Milei pierde, no seremos generosos”, dijo Trump en una entrevista televisiva. La frase fue interpretada como un condicionamiento político y tuvo efecto inmediato: subieron los dólares paralelos y cayeron los bonos soberanos.
Desde la Casa Rosada intentaron bajar el tono. “El respaldo de Trump no depende del resultado electoral sino de una agenda de reformas estructurales”, aclararon fuentes oficiales. El propio Milei aseguró que el acuerdo “está garantizado más allá del calendario político”.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ratificó la continuidad del apoyo. “El compromiso con Argentina se mantiene firme. Queremos ayudar a estabilizar la economía y fortalecer las reservas”, afirmó.

Aun así, el tan anunciado acuerdo bilateral aún no fue formalizado. Voces del Tesoro confirmaron que los demócratas buscan imponer condiciones institucionales. La senadora Elizabeth Warren lidera el frente “No al rescate de Argentina”, que cuestiona el uso de fondos públicos para sostener economías extranjeras.
Para el gobierno argentino, sin embargo, la foto con Trump fue una victoria política. “El respaldo del Tesoro y de los bancos privados demuestra confianza en nuestro rumbo”, sostuvo el ministro de Economía, Luis Caputo. Según fuentes del Palacio de Hacienda, el plan contempla recompras de bonos, refuerzo de reservas y un esquema de coordinación fiscal con las provincias.
“El objetivo es enviar señales de previsibilidad antes de las elecciones y sostener las metas fiscales sin recurrir a la emisión”, detallaron desde el entorno oficial.
Con la política externa en el centro de la escena, los operadores locales ajustan estrategias. “El dólar va a seguir con presión, pero el flujo de noticias desde Washington marcará la dirección”, analizaron en una mesa de cambios.
Los analistas más cautelosos advierten que los movimientos del lunes dependerán tanto del accionar del BCRA como del contexto internacional. Si los bancos extranjeros perciben firmeza en el respaldo estadounidense, podría moderarse la demanda de cobertura.

Por el contrario, si las señales desde el Congreso norteamericano son ambiguas o si los desembolsos se dilatan, la presión cambiaria volverá con fuerza.
“El lunes será una jornada para mirar el mercado minuto a minuto. La volatilidad no desaparece de un día para otro”, concluyó un economista del sector privado.
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