Por Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Buenos Aires)
Salió del estadio acompañado por amigos que fueron a saludarlo. El “Turquito” siempre tiene gente que lo rodea. Es que se trata de uno de los jugadores más queridos por el hincha y que tiene una forma de ser tan especial que permite que la gente se acerque a él y lo encuentre siempre de muy buen humor. El “Turquito” es hincha de Unión como cualquiera de los que corea su nombre en cada partido. Y eso lo hace muy feliz porque la procesión va por partida doble.
_¿Partido bravo para tus compañeros pero “tranquilo” para vos, Turco?
_Lo acepto, sí, fue así... No nos desequilibraron, no nos crearon situaciones de gol y eso que jugamos con una defensa que fue un 50 por ciento nueva. No está nada mal lo que el equipo produjo defensivamente.
_Esto es algo que te da tranquilidad porque no te obliga a intervenir tanto, ¿no?
_Tengo la tranquilidad de que estamos bien, de que tenemos confianza y de que, cuando perdemos la pelota, hay una línea de cuatro que sabe defender y proteger al resto. Lejos del miedo a que nos superen, tenemos la convicción de que podemos ganar el partido en cualquier momento. Nos estamos sacando el miedo a perder; por eso hoy salimos a buscar el partido al final y casi lo ganamos.
_¿Me equivoco si te digo que hubo una que fue complicada: un remate abajo en el segundo tiempo que pasó entre varias piernas?
_Sí, puede ser; no di rebote y, además, estaba mojada la pelota. De todos modos, no tuve gran trabajo y eso es bueno y habla de que el equipo estuvo sólido. Nos comprometimos a ser duros y maduros, evitando el famoso “gol boludo”, que es producto de desinteligencias y nos ha creado más de un dolor de cabeza.
_¿Qué pasó en ese mano a mano con Sarosa al final del primer tiempo?
_Nada. Tuve la duda cuando salí del arco sobre si iba a llegar o no. La verdad es que no quise arriesgar, porque sabía que era una situación incómoda para él y peligrosa para mí. De todos modos, al contacto lo propició Sarosa, que golpeó con su pie en la boca de mi estómago y se cayó.
_Este partido y la victoria ante San Martín en la primera fecha, ¿son pruebas elocuentes de que se puede pelear el ascenso contra cualquiera?
_Tenemos que trabajar con humildad y seguir creciendo. El objetivo es claro y nadie le esquiva. Pero hay que llegar a eso mediante un trabajo a conciencia y en eso estamos. Tengo un placer muy grande de que gran parte del plantel sea de las inferiores de Unión. Nos pone felices a todos que jueguen “Tarrito” Pérez, Márquez, Carabajal, Yacob y el resto de los chicos que nacieron en el club, como yo, y que nos conocemos desde hace tiempo, aunque algunos piensen lo contrario.
_Es el proyecto, Turco...
_Con un técnico que está convencido de lo que quiere y se la jugó por nosotros. Eso significa que hay mucha confianza y queremos contagiar a la gente, generar ilusión... Una vez, un muchacho me comentó una charla: le preguntó a otro si soñó alguna vez con Unión campeón, y le contestó que no. Entonces, yo le dije que ése es el problema, que nunca pensamos que Unión puede ser campeón. Todos desconfían cuando se pone la palabra campeón al lado de Unión. Y ése es el gran problema, no tengo dudas.
_¿Por qué decís que hay gente que piensa lo contrario? ¿Pensás que hay opositores al proyecto?
_Como en todos lados, es muy difícil que todos estemos ilusionados y pensemos iguales. Sabemos que tenemos una gran hinchada que se hace sentir y alienta. Se bancó muchos años grises, sin logros, de permanecer sin sueños ni ilusiones. Y creo que la gente, de a poquito, se va enamorando de nosotros. Se van sintiendo los Zárate, los Coqui Torres, los Sartor, los Yacob, los Mosset, que está teniendo un campeonato bárbaro y hoy no pudo estar por lesión, pero me consta que se moría de ganas por venir a jugar este partido. Y a mí eso me pone feliz, porque yo soy hincha de Unión y siento igual que la gente.
































