Mauro, el “pistón” de Unión, al que le sobraron energía y goles
Unión definió, de visitante y con llamativa facilidad, un partido al que llegaba luego de una derrota y con la urgencia de llevarse algo de Alta Córdoba. Y el volante central, con un partido de 9 o 10 puntos, fue gran responsable de la grata sorpresa.
Mauro Pittón, figura indiscutida en Alta Córdoba. Foto: Facundo Luque
Siempre se fue queriendo volver. El apellido Pittón, como un roble en las tormentas, echó raíces profundas en Unión. Con su hermano Bruno fueron transferidos a San Lorenzo en 2019, luego de haber sido fundamentales en aquellas buenas campañas con Madelón que incluyeron una clasificación histórica para la Sudamericana. De Mauro se vendió el 70 por ciento y de Bruno el 80. San Lorenzo demoró una “eternidad” en pagarlos. Mauro siguió yéndose (Vélez, Arsenal y Central Córdoba fueron sus “estaciones” siguientes). Pero siempre quiso volver. Y lo hizo en un momento complicado como fue el de principios del año pasado, cuando el club había estado al borde del descenso y debía cambiarse la historia. Y así fue. El 2024, con el Kily de técnico y con un esquema en el que todos pusieron su granito de arena para que funcionara, Unión dejó los lamentos de ese 2023 en el que caminó por el precipicio y se hizo otra vez internacional, con Mauro Pittón integrando un mediocampo dinámico y en el que no faltaron fútbol y marca con Rivero y Mosqueira, más Vera (luego Vargas) y Bruno, su hermano, convertidos en esos “proyectiles” que llegaban por afuera.
Mauro Pittón jugó un partido completo ante Instituto, de esos que –para un volante central- no resiste otra calificación que no sea la de 9 o 10. Hizo todo bien, incluso dos goles con buenas definiciones, como si no fuera alguien que tiene a la marca como su principal objetivo en la cancha. A veces, la gente se enfada porque en lugar de tirar un pase hacia adelante, busca asegurar la pelota con algún compañero que pueda reiniciar la jugada desde otro panorama. En este fútbol de espacios escasos, de mucha presión y de achiques permanentes, no siempre se puede ir hacia adelante sin correr el riesgo de perder la pelota. Y quizás eso haya ocurrido también en esos momentos en el que aquella idea futbolística del Kily empezaba a flaquear.
Pittón y Estigarribia, una dupla infernal en el Unión de Madelón. Foto: Facundo Luque
Llegó Madelón, un “padre futbolístico” para Mauro Pittón desde la conformación de aquel mediocampo con Zabala, Acevedo y Fragapane que tan buenos resultados le dio. El mismo Madelón definió con mucha claridad, el viernes, ese tándem con Mauricio Martínez. Cuando uno se desprende, el otro se queda. Y el que se desprendió –y muy bien- fue Mauro, que ya había avisado al minuto de juego con una volea que se encontró con la humanidad del rival para enviar la pelota al córner, pero que luego no perdonó cuando metió un exacto remate de media distancia (en el primero) y una aparición “fantasmal” adentro del área para capitalizar un pelotazo desde la izquierda, en el segundo, y definir con la habilidad y ductilidad de un “delantero”.
“Yo no les digo que tienen que picar al vacío como lo hizo Mauro en el segundo gol, es todo de ellos, es la decisión que ellos toman adentro de la cancha. Lo único que nosotros hacemos, es darle la libertad de que lo hagan”, dijo Madelón. Y Mauro, figura de Unión y del partido, lo hizo.
“¿En qué pienso?, en que hay que seguir trabajando, no bajar nunca los brazos y pensar en el próximo rival objetivo”, dijo Mauro en medio de la euforia por esta victoria que no es habitual y que Unión no lograba en Primera y de visitante (convirtiendo cuatro goles en una sola etapa), en aquella tarde inolvidable de La Plata, en el debut de Toto Capitano como entrenador, cuando Unión le metió 5 a Gimnasia con una actuación espectacular de Pomelito Castillo.
-¿Esperaban en la previa tener una ventaja tan grande de entrada?
-Nosotros trabajamos para que suceda pero sabiendo que es muy difícil que una cosa semejante ocurra. Trabajamos en ser agresivos de entrada y tratar de ser contundentes. Hoy nos tocó plasmarlos.
-¿Y tu actuación?
-Yo sé que no es común que un volante central convierta dos goles en un partido, pero creéme que me voy contento por el grupo y no por mí. Yo me pongo contento cuando las cosas salen, porque nos esforzamos mucho y el fútbol argentino es muy complicado. Para nosotros, ganar de visitante se había convertido en algo muy difícil de lograr. Y lo conseguimos.
-¿Cuál te gustó más?
-Me quedo con el primero, porque fue el que abrió el marcador.
-No hay tantos goles en el fútbol argentino y mucho menos en un solo tiempo. ¿Fue solo eficacia o viste algo adentro de la cancha que permitió abrirlo tan rápidamente al partido?
-La precisión y contundencia fue clave, además del hecho de convertir un gol de entrada, que para mí fue clave. Trabajamos el partido desde ahí. Sé que es muy difícil en el fútbol argentino que se saque una ventaja de cuatro goles en un tiempo. Ojo que Instituto es un rival complicado, no se dejen llevar por este partido y este resultado.
-¿Qué pasó con el tema de la camiseta?
-Con la azul nos venía costando ganar, pero es la camiseta de Unión y la tenemos que defender a muerte. Es el escudo y es el club que nos da la oportunidad de jugar en Primera. Lo logramos con esa camiseta y la convertimos ahora en ganadora.
-Fragapane dijo antes del partido que esperaban que ellos salieran con todo en los primeros 20 o 25 minutos, pero resultado que a los 17, Unión ya ganaba 3 a 0…
-Nosotros trabajamos en equipo y todos necesitamos de todos. El esfuerzo de cada uno, hace que alcancemos un rendimiento colectivo bueno. No hay alguno que se destaque por encima del resto. Esa es nuestra gran verdad.
Fascendini y Estigarribia en el podio
Luego de Mauro Pittón y siempre dentro de un rendimiento en el que no hubo puntos flojos y todos jugaron de aceptable para arriba, Valentín Fascendini y Marcelo Estigarribia fueron los dos que se subieron al podio con el volante central que convirtió dos de los goles del equipo.
"Chelo" Estigarribia, el 9 que necesitaba goles y se le dio. Foto: Facundo Luque
Fascendini transita por el segundo año de contrato (llegó libre de Boca a principios del año pasado y firmó por tres temporadas), no jugó mucho el año pasado y empezó a tener mayores chances desde la llegada de Madelón. Le ganó el puesto a Claudio Corvalán, un jugador que no solo rindió adentro de la cancha sino que se convirtió en el referente principal y en el capitán del equipo (cinta que ahora es propiedad de Mauro Pittón ante la ausencia de Gamba). Fascendini arrancó con Pardo, luego jugó con Ludueña y el viernes lo hizo con Alex Maizon Rodríguez. Juegue quien juegue a su lado, Unión tiene una zaga central joven. En realidad, toda la defensa es joven, porque Vargas y Del Blanco tienen esas características, pero Fascendini parece encaminarse a constituirse en el bastión principal, en ese caudillo que ordene el fondo si es que dispone de esa voz de mando tan necesaria. La continuidad le hizo muy bien y nadie discute su titularidad.
Fascendini, el central que encontró la confianza que buscaba hace rato. Foto: Facundo Luque
Cuando el “Chelo” Estigarribia llegó a Unión, venía –junto a Colazo- con la misión de reemplazar a los dos que se habían ido (Orsini y Balboa). No tuvo un buen primer semestre, creció el aporte de Gamba y con la llegada de Tarragona, su destino fue ir al banco. Entró bien contra Argentinos Juniors y le dio “servida” una posibilidad a Diego Díaz, que no llegó por poco a conectar. Pero esos buenos minutos de juego en La Paternal, lo habilitaron para ser titular en Alta Córdoba. Y jugó un buen partido, anticipándose con la clara visión de un centrodelantero en la jugada del gol (estaba en el lugar que debía estar), pero además “pivoteando” muy bien en todo el frente de ataque.
Madelón explicó que la salida de Estigarribia no fue por el rendimiento sino porque quería refrescar al ataque con Lucas Gamba, en un partido que más allá de estar definido, se presentaba para capitalizar espacios y jugarlo de contra.
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