Asentada en un territorio vulnerable, expuesto a inundaciones fluviales y pluviales, la ciudad de Santa Fe deberá afrontar por siempre complejos y muy costosos sistemas de protección.
Los terraplenes de defensas, el sistema de bombeo, los reservorios y la limpieza y desobstrucción de canales, zanjones a cielo abierto y desagües entubados requieren un mantenimiento permanente.
Para reducir la vulnerabilidad hídrica de la ciudad, el año pasado se abrieron varios frentes de obra, con una inversión de más de 80 millones de pesos que son financiados por los gobiernos provincial y municipal. Entre ellas, se destaca la repotenciación de las estaciones de bombeo del oeste; la profundización y readecuación de los reservorios; la limpieza intensiva de canales primarios a cielo abierto; el entubamiento de desagües; la desobstrucción de desagües entubados y la limpieza y rectificación de cunetas
a cielo abierto en 17 barrios de la ciudad.
Por otra parte, se está terminando de instalar un radar del Servicio Meteorológico Nacional en el Inta de Paraná, que ofrecerá pronósticos de mayor precisión para una zona de cobertura de 200 km y que brindará información más adecuada para activar alertas tempranos.
Una comunidad preparada
Como las obras de defensa no son infalibles ni eliminan totalmente el riesgo, es fundamental que la comunidad siempre esté preparada para afrontar situaciones de emergencia.
Por eso, la Municipalidad avanzó en la conformación de un Plan de Contingencias, que establece las medidas a tomar, los roles a cubrir, los recursos que se necesitan y las indicaciones para la población a fin de disminuir los daños posibles ante la posible ocurrencia de una emergencia.





























