Según los historiadores locales y algunos testimonios de la época, en el sector del casco histórico existirían túneles y bóvedas de la época colonial que unían distintos puntos estratégicos.
Cuando la empresa comenzó las excavaciones, los vecinos pudieron ver y fotografiar “una especie de pasadizo”. “El hecho de que permitan construcciones tan altas en ese sector incrementa el riesgo de daños en sus domicilios”, opinaron.
“Éstos son terrenos ganados al río, además estarían atravesados por túneles y levantan 18 pisos. Es inconcebible que estén construyendo hasta esa altura”, reflexionó Dragotta quien logró una imagen desde su terraza de lo que se presume el techo de una bóveda. También pudo ver durante la excavación una pared de adobe de unos 70 centímetros de ancho, a unos 12 metros de la línea de la vereda que fue destruida por las maquinas.
Algo similar vieron en el patio de María Gabriela Viario cuando remodelaron la vivienda. “Pensamos que era un túnel porque estaba ubicado en la misma dirección que el que fotografió Martín (Dragotta)”, explicó la mujer.
En el Concejo Municipal no prosperó hace años un proyecto del concejal Leonardo Simoniello que proponía obligar a las empresas constructoras a que adviertan a las autoridades ocupadas en la preservación del patrimonio histórico cuando hallaran rastros del pasado más antiguo de Santa Fe.

































