Roberto Schneider

Roberto Schneider
Cuatro amigas del secundario que terminaron por los ’90 deciden reencontrarse para realizar juntas un viaje. El destino tiene preanuncio de algo motivador e inquietante: viajan para alojarse en el Hotel Royal, en Chaco. Obviamente, mucho calor y muchos mosquitos. Casi se siente el zumbido tan particular desde la platea. Belu, Jesi, Punu y Romi son nuestras cuatro protagonistas de “¿Quién está bien?”, espectáculo estrenado en La 3068. El itinerario trazado será el disparador para poder hablar del amor, del valor de la amistad, de las transformaciones, del paso del tiempo que unen (y separan) a esas mujeres. Vanina Monasterolo, María Soledad Almirón, Carolina Cano y Luciana Brunetti son las autoras-protagonistas de una historia que convoca al delirio primero y a reflexiones muy profundas que, por supuesto, no revelaremos. “En el Chaco no se sale a la siesta”, se escucha en varias ocasiones. Quedarse en el hotel es la invitación más propicia. El tema es precisamente el hotel...
El calor se siente. Las luces declinan suavemente y los ánimos se oscurecen. Las cuatro ¿amigas? tienen belleza, sabiduría mundana y decisiones intensas para poder conseguir lo que se proponen. Las autoras escriben la trama casi como un relato, circunstanciado y minucioso, colmado de detalles, que permite escudriñar las características de cada una de ellas. Se exalta a las mujeres y los varones están ausentes. Prevalece la acción femenina, de cuya sutil telaraña no pueden -ni quieren- huir. Estas mujeres tienen también una tensa vigilancia entre ellas. Pero hay que decirlo de manera contundente: absolutamente todo se pasa por el tamiz del humor. Un humor inteligente, estudiado, trabajado, sin exabruptos, de llegada directa al espectador, que agradece el gesto más preciado, el de una construcción muy elaborada acerca del espíritu femenino, con dibujos certeros de la psicología de los personajes. En definitiva son seres humanos contradictorios, como todos. Fanáticas, obsesionadas, codiciosas, sensuales. Y sumamente divertidas.
Cuadro de existencias vitales, preciso dibujo de características entrañables, “¿Quién está bien?” es también la posibilidad de asistir a un espectáculo divertido. El texto proporciona oportunidades de actuación que las cuatro intérpretes -Monasterolo, Almirón, Cano y Brunetti- no desaprovechan. Ademas de escribir un libreto que otorga a la palabra una importancia indiscutida, ellas mismas interpretan a los personajes. Desde la dirección general del espectáculo, Lucas Ruscitti logra que estas mujeres sean carnales, irónicas, refinadas, vulgares, transparentes, patéticas, divertidas y conmovedoras.
El director trabaja con impecable ritmo toda la historia. Los aspectos visuales son también protagonistas, como los efectos especiales de Nicole Chort y Federico Toobe, o el espacio escénico (sumamente creativo) y el vestuario, responsabilidad de todo el equipo. Es excelente la iluminación de Oscar Heit, que crea climas de penumbras, agobios y carcajadas. Ruscitti no se permite la menor concesión al lugar común y obtiene así estupendos resultados en un montaje que logra bucear con mirada esperanzadora las relaciones personales algunas veces conflictivas, pero siempre tamizadas de afectuosa comprensión, con la magia de mujeres reconocibles y queribles.




