Lo que comenzó como una idea divertida terminó convirtiéndose en un hito mundial. Habitantes de Frostburg, en el estado de Maryland, lograron construir la bola de nieve más grande del mundo, superando ampliamente la marca anterior y dejando una postal tan insólita como impresionante.
La estructura alcanzó los 31,31 metros de altura, más de tres metros por encima del récord previo. Para lograrlo, vecinos de todas las edades se organizaron y trabajaron durante días, empujando, compactando y moldeando toneladas de nieve caída durante intensas tormentas invernales.
Según relataron los organizadores, el desafío arrancó como una broma entre amigos, pero rápidamente se viralizó dentro de la comunidad. A medida que la bola crecía, más personas se sumaron con palas, maquinaria y turnos de trabajo improvisados.
El proceso quedó registrado en videos que luego circularon en redes sociales, donde miles de usuarios dudaron de su autenticidad. Sin embargo, los propios protagonistas aclararon que no se trató de inteligencia artificial ni de edición digital, sino de un esfuerzo real y colectivo.
Finalmente, Frostburg celebró el récord como una fiesta local. Más allá de la marca mundial, los vecinos destacaron el espíritu comunitario del proyecto, que transformó una nevada histórica en una experiencia compartida y en un logro que ya quedó grabado en la historia del invierno.