Julia Izumi (CMI)
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La Sala II de la Cámara Federal porteña confirmó los procesamientos sin prisión preventiva del ex secretario de Comunicaciones de la gestión menemista, Germán Kammerath, y del lobbysta Jorge Neuss, en la causa en la que se les imputa el presunto cobro de sobornos a la compañía francesa Thales Spectrum a cambio de otorgarle la concesión del espacio radioeléctrico argentino.
La medida alcanza también al entonces presidente de la firma, Juan Carlos Cassagne, al sucesor de Kammerath en la Secretaría de Comunicaciones, Alejandro Cima, al ex interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) Alberto Gabrielli, al ex titular de la empresa Thales Juan Carlos Cassagne, y a los ex funcionarios de la CNC Roberto Uanini, Hugo Zothner, Patricio Fiume de Colombi, Matías Brodieu, Luis Romero, Pablo Arancedo, y Roberto Catalán. Todos fueron acusados del delito de presunto “fraude a la administración pública”, sobre la presunción de que “la adjudicación del contrato haya respondido a la existencia de sobornos”.
Perjuicios
Según los integrantes del tribunal de apelaciones, Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah, “mediante la maniobra imputada se direccionó el proceso licitatorio en pos de asignar la concesión con una empresa predeterminada, efectuando a su favor una transferencia de un porcentaje de los derechos del Estado sobre el espacio radioeléctrico, en un entorno fáctico-normativo que le era favorable para incumplir con sus prestaciones perjudicando económicamente a la CNC”. “De este modo -continúan los magistrados-, los funcionarios encargados de velar por la protección de tales intereses pecuniarios públicos, obligaron abusivamente al Estado -en favor de la concesionaria TSA- desencadenando un desequilibrio económico en perjuicio del Estado”.
Tres etapas
Para los camaristas, la maniobra incluye tres etapas: la existencia de sobornos, que es el delito que se investiga, un proceso licitatorio armado para favorecer a Thales Spectrum (TSA) y la ejecución del contrato sin el correspondiente control de la CNC ante el incumplimiento de las prestaciones comprometidas por la empresa.
“Los acontecimientos delineados, ponen de manifiesto, una vez más, que el proceso licitatorio tratado ha resultado, cuanto menos, poco transparente y llamativamente beneficioso para TSA”, concluyeron.
El arrepentido
En cuanto a Kammerath, quien se defendió con el argumento de que toda la operación estuvo a cargo de la CNC, los jueces consideraron que corresponde la imputación porque en su carácter de titular del órgano encargado de asistir al Poder Ejecutivo en este tema y, “a pesar de estar al tanto de las irregularidades del procedimiento desarrollado durante su gestión, no veló por los intereses del Estado como le competía en base a su función”.
Para confirmar el procesamiento de estos ex funcionarios y empresarios, la Cámara tuvo en cuenta la confesión de un arrepentido, aportada en junio de 2004 por la Oficina Anticorrupción, cuyo entonces titular, Daniel Morín presentó ante el juez Jorge Urso información clave sobre la ruta del dinero de la presunta coima de 25 millones de dólares que habría pagado la empresa francesa Thales Spectrum para ganar la concesión del control de ese espacio.
Se trataba de la confesión del financista suizo Lionel Queudot quien reveló con datos precisos los sucesivos giros de dinero que efectuó a distintas cuentas en Estados Unidos como presunta compensación a funcionarios argentinos por haber otorgado la concesión del monitoreo del espacio radioeléctrico a la empresa Thales Spectrum de Francia, que por entonces se denominaba Thompson.
Quién es Queudot
Queudot era directivo de una financiera de Ginebra (Finego) contratada por Thales para pagar las comisiones ocultas y con ese objetivo en 1998, en ocasión del Mundial de Fútbol, fue invitado a una cena en París en la que le presentaron al lobbysta Neuss y al ex presidente Carlos Menem. ‘Ahí se encontró reforzada mi idea de que el entendimiento entre Thales y el gobierno de Menem era perfecto y que todo este negocio estaba en regla, tanto más porque en esa cena se encontraban los presidentes directores generales de las más grandes empresas francesas‘, aseguró Queudot.
El arrepentido confesó que realizó dos envíos de 10 millones de dólares en 1998 y 1999 y transferencias mensuales por 135 mil dólares a cuentas cifradas en EE.UU. distribuidas en los siguientes bancos: Bank of New York, Citibank, Brown Brother Harriman y First Union National Bank de Filadelfia.


































