Por Enrique Cruz (h) - Enviado especial a San Salvador de Jujuy
La gente que estuvo en el 23 de Agosto y lo vio a Gugnali en vivo y en directo, y quienes observaron el partido por televisión, se llevaron una imagen totalmente falsa del entrenador de Unión. Es que si algo distingue a este hombre es la sobriedad y la tranquilidad, el trato afable, casi alejado de las histerias tan propias de los protagonistas del fútbol. Sin embargo, Gugnali se fue expulsado de la cancha cuando apenas se jugaban 21 minutos. Y tuvo una reacción impropia de él, sólo comparable con aquella que tuvo en Córdoba, el día que Sabino lo echó en el partido ante Belgrano. Pero ésta fue peor.
—¿Qué pasó Claudio, qué sentiste?
—Ante todo, te digo que tengo mucha tristeza de haber visto el vestuario lleno de jugadores llorando. Son dolores muy profundos de crecimiento. Los chicos crecieron de golpe con esta derrota, y a mí me duele mucho lo de Abal, porque dejó a Unión sin técnico cuando el partido recién empezaba. Lo único que le dije es que cobrara foul. ¿Lo ganó él?, no, lo ganó Gimnasia de Jujuy. Pero yo quisiera saber por qué se la agarró conmigo. Será porque Gugnali no es nadie en el fútbol. Por eso, pregunto: ¿habría echado a algún técnico de cartel y no a un don nadie como yo?
—¿Le reclamaste un foul a Zapata?
—Lo único, te juro que lo único... Abal no tiene esquina y no tiene vergüenza. Dejó al equipo sin técnico en una final sólo porque le pidió un foul... Después, cuando me iba, le dije de todo. Pero hasta el momento en que me echó, era un simple reclamo.
—¿El resultado fue justo?
—El que hacía el primer gol lo ganaba. Te lo dije el sábado en el hotel, cuando te comenté que mi idea era que el partido llegase hasta los últimos 15 ó 20 minutos con el resultado 0 a 0, que ahí lo ganábamos. Te soy sincero: había una incógnita en la cancha que era monstruoso, la gente pedía cambios y nosotros estábamos consolidados, quizás sin profundidad, pero el equipo estaba bien.
—¿Por qué te sacó tanto Abal?
—Es una final, yo tengo que dar el ejemplo, los dejé solos a los 15 ó 20 minutos del partido, estuve tirado por cualquier lado de la cancha viendo el partido. ¿Cómo me va a echar porque pedí un foul?, me tenía que advertir y punto. Si ustedes me conocen, saben que yo soy un tipo recontra respetuoso. Me llamaba la atención y se terminó. Este muchacho está loco y no tiene esquina, ésa es la realidad.
—¿No tenía categoría para dirigir una final como ésta?
—No sé, no sé. A mí no me gustó.
—¿Te vas con la imagen de dignidad que mostró el equipo o con el dolor de tu expulsión o de ese vestuario colmado de llantos que viste?
—Con las dos imágenes. Ellos tenían mucho temor a que le marcáramos un gol, te lo puedo asegurar. Y no pudo ser. Me duele mucho lo que pasó por la gente, porque todo lo que vivimos en estos días fue tremendo.
—¿Tenés ganas de una revancha?
—¿A vos qué te parece?... Pero tranquilo, quiero levantar a estos muchachos, el equipo creció y quiero acompañarlos en estas próximas horas. Este es un club bárbaro, donde todo se hace con mucho esfuerzo, donde me sentí muy bien, querido, respetado, mimado... Yo no tengo más que palabras de agradecimiento hacia Unión. Es obvio que quisiera una revancha. Creo que los dirigentes deben analizar lo que pasó con tranquilidad pero con rapidez, porque en breve hay que ponerse a trabajar. Y ellos deberán decidir respecto de mí. Yo di todo lo que tenía. Me acosté y me levanté con la satisfacción de saber que iba a dar todo en ese día, por mi trabajo, por los jugadores y por el club que me estaba pagando el sueldo.
—¿Qué le dijiste a los jugadores?
—Que lloren, pero que lo hagan con la frente bien alta. Se comportaron como hombres, jugaron dos finales con una entereza extraordinaria y sin dejarse avasallar por un equipo de Primera, motivaron que venga una multitud a Jujuy, tan lejos y con tanto sacrificio. Ellos lo consiguieron. Y creo que hoy maduraron, más allá de la derrota y de la frustración por no haber ascendido a Primera.
La tranquilidad del presidente
Juan Vega habló con todos los medios presentes en el 23 de Agosto, más allá de la derrota y de la tristeza. “De inmediato nos pondremos a trabajar para encarar la próxima temporada. Unión es un club que exige protagonismo en la Primera ‘B’ Nacional y no hay otro objetivo que el de ascender. Eso lo sabemos, lo intentamos esta vez y no pudo ser, pero es el mismo objetivo que tendremos para el trabajo que iniciaremos a partir de mañana mismo”.
Un gracias bien grande
No hubo un solo jugador de Unión que saliera del vestuario y no le diera las gracias a la gente por el esfuerzo que hizo por llegarse hasta esta lejana ciudad para alentarlos. “Nuestra tristeza es por ellos, porque dimos la vida, todo lo que teníamos para dar, con el objetivo de brindarles esa alegría que vinieron a buscar tan lejos”, señalaron todos los jugadores consultados por El Litoral, antes de emprender el viaje al Aeropuerto y el regreso a nuestra ciudad.


































