El informe presentado hoy por las nuevas autoridades certifica -dolorosamente, como una pústula- una vez más la desidia y el desinterés de algunos gobernantes acerca de sostener los ámbitos más precisos donde la cultura debe desarrollarse: sus edificios.
¿Adónde fueron a parar las grandes sumas de dinero destinadas a la reparación del Teatro Municipal? O, en todo caso, ¿por qué se administraron tan mal? Ahora es el tiempo de la Justicia para determinarlo. Aquí cabe recordar también que un libro sobre el Centenario del Teatro quedó sin editarse, aunque reconocidos intelectuales de la ciudad reflexionaran sobre un pasado tan rico.
Ahora es la gran oportunidad para que la nueva gestión ponga un poco de luz en medio de tanta desolación. Para que los santafesinos no sigamos cayendo anímicamente por el piso cuando vemos que las cosas se caen a pedazos.






























