La relación entre Blanquiceleste y Reinaldo Merlo pasó del amor al odio, con criticas y acusaciones de uno y otro lado, y en las dos oportunidades que "Mostaza" dirigió a Racing la historia terminó con la ruptura y el despido del técnico.
Merlo había sido campeón en el torneo Apertura 2001 y corría el año 2002 cuando el técnico se preparaba para dirigir al equipo en otro Apertura.
Pero por diferencias con Fernando Marín, quien entonces presidía Blanquiceleste, Merlo se tuvo que ir abruptamente de Racing, despedido por el gerenciador, cinco días antes de empezar el campeonato.
En ese momento Osvaldo Ardiles reemplazó a Merlo y el hombre del "paso a paso", el de la estatua propia, se convirtió en un mito para la gente de Racing, que a cada mal resultado durante cuatro años el grito de guerra fue pedir el regreso de "Mostaza".
Merlo volvió, reemplazando a Diego Simeone, cuando Fernando De Tomaso reemplazaba a Marín y ya tenía arreglado el regreso del técnico que sacó campeón a Racing después de 35 años de sin sabores.
Sin embargo, la relación terminó mal y para que la salida a Merlo fuera más doloraa aún, el encargado de comunicárle su despido fue el gerente del fútbol de Blanquiceleste, Miguel Rosello, hombre a quien Merlo considera un enemigo.
Télam






























