Un barco, una hazaña y una larga historia. Esos tres elementos se conjugaron para arribar al puerto de la ciudad de Santa Fe en 1978. Se trató de la segunda oportunidad que visitaba aguas santafesinas la corbeta “Uruguay”.
En 1978 la embarcación arribó a aguas santafesinas. Estuvo amarrada en el puerto local dos semanas para que los ciudadanos la visiten. El recuerdo de un barco histórico, que hoy es museo.

Un barco, una hazaña y una larga historia. Esos tres elementos se conjugaron para arribar al puerto de la ciudad de Santa Fe en 1978. Se trató de la segunda oportunidad que visitaba aguas santafesinas la corbeta “Uruguay”.
El sitio de la Armada Argentina destaca que este buque a flote es el de mayor antigüedad en el país. En 1967 fue declarado Monumento Histórico Nacional y se exhibe en el Dique 4 de Puerto Madero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La magnífica embarcación fue construida en los astilleros Cammell Laird Brothers, de Birkenhead (Reino Unido de Gran Bretaña),y botada el 6 de marzo de 1874. Tuvo una gemela, la “Paraná”.
Al repasar su historia, cabe decir que desde 1877 fue buque-escuela, recorriendo las costas del sur y reafirmando la soberanía. De ella egresó la primera promoción de la Escuela Naval Militar y, en 1880, dejó de ser buque escuela, sirviendo de transporte y de apoyo a comisiones científicas.
A principios de siglo XX fue que trascendió para todos los tiempos, con un acto heroico en su haber. En 1903 una expedición al Polo Sur del explorador sueco Otto Nordenskjöld, en donde también se encontraba el Alférez de Fragata José María Sobral. El "Antarctic", embarcación que debía traer de regreso a los expedicionarios, tuvo inconvenientes para regresar.
Fue entonces que el gobierno nacional decidió enviar al rescate de la expedición a la "Uruguay", al mando del Teniente de Navío Julián Irízar, tras prepararla y adaptarla para el viaje a la Antártida.
“Un mes después de haber zarpado, se produjo el feliz encuentro con Otto Nordenskjöld y los expedicionarios en la isla Cerro Nevado y, tras recoger a los tripulantes náufragos del destrozado "Antarctic" en la isla Paulet, la corbeta ARA "Uruguay" emprendió el regreso al continente, sorteando terribles temporales”, destaca el sitio web de la Armada.
En noviembre de 1978, por segunda vez en su extensísima trayectoria, la corbeta arribó al puerto santafesino. Como era dable esperar, El Litoral se hizo eco de la visita con sendos artículos en la previa y durante la estadía de la embarcación orgullo nacional.
“De pronto, los dos lazarillos ponen tensos los cabos, una detención que no alcanza a ser total y que nos permite pisar una vez más esta cubierta por la que han transitado ya 104 años de historia”, describe el cronista de El Litoral en un artículo del 14 de noviembre del 78.
“Otra vez en movimiento; otra vez la roda cortando las aguas, reanudando esa interminable sinfonía del "clap - clap", que alguna vez contra esas mismas estructuras supo de tonos estridentes, cuando las montañas de agua salada se abatían sobre la cubierta, allá en el Drake, en la antesala de la Antártida”, continuaba el periodista .
“Como un padre orgulloso que relata las proezas de una hija, el Capitán de navío Hugo Dietrich inicia o refresca a los protagonistas del reciente abordaje en los conocimientos elementales de esta larga historia marinera en la que ahora estamos parados”, agregaba la nota.
El barco permaneció 14 días amarrado en el puerto local. Mientras tanto, El Litoral se encargaba de contar el “renacer” de la embarcación, unos cuatro años antes de la visita.
“Es en 1974, cuando bajo la dirección del capitán de navío Hugo Dietrich, recobra toda su airosa presencia, al ser totalmente restaurada y reconstruida su arboladura. Después, materializando esas travesuras de las que suelen ser protagonistas los niños y los ancianos, realizó en 1976 una escapada a Rosario. Santa Fe y Paraná”, relataba el citado artículo.
“Como alentada por este retorno a la vida marinera plena, se permitió volver al mar el año pasado (N del R: hace referencia a 1977), haciendo una visita a Mar del Plata. Claro que remolcada en esta oportunidad por el aviso A. R. A.Sobral, nombre de un viejo conocido de la corbeta”, contaba.
Antes de zarpar de regreso a Buenos Aires, el capitán Dietrich tuvo unas sentidas palabras al decir que “estos centenarios mamparos llevarán por siempre el recuerdo de esta tierra santafesina, cuna de nuestra Constitución y de la organización nacional".
Por último, destacó El Litoral, el capitán agradeció “el cúmulo de atenciones y gentilezas recibidas durante la estadía de la nave y transmitió al pueblo santafesino el reconocimiento de la Armada”.




