Suma. Según Elvia Calderón, “es impresionante cómo la gente ha dado un vuelco generoso”.
Suma. Según Elvia Calderón, “es impresionante cómo la gente ha dado un vuelco generoso”.
Junto a la Parroquia Santa Rosa de Lima (Pje. Liniers 4649) y junto a la escuela que palpita a su lado, una pequeña habitación desborda de calor y de color. Es “El roperito” de Cáritas, donde seis señoras tejen, pintan, cosen y enseñan.
Mientras une los cuadraditos que formarán una frazada más, Elvia Calderón teje las historias que nacen en ese cuartito de unos seis metros cuadrados. Cuenta que allí concentran las donaciones de ropa que acondicionan y entregan. Cada martes y jueves, atienden a unas cuarenta familias que buscan calzado y abrigo, aún cuando sólo se les entregue ropa una vez por mes.
Con cada entrega, las vecinas también reciben lana para tejer su cuadradito. “Hay que ver cómo colaboran. Acá todo el mundo es solidario. A veces uno piensa que el pobre diría que no tiene nada para dar y sin embargo vamos sumando cuadraditos. Este mes vamos a llevar varias mantas porque la gente colabora” cuenta Elvia, llena de orgullo. Junto a sus manos, la alcancía de Cáritas da cuenta de esa solidaridad: “El último martes pedimos colaboración para la colecta del domingo”. De quienes se acercaron a buscar su ropita, “nadie dejó de poner 2 pesitos para la colecta. Entre todas las personas que vinieron dejaron 150 pesos de colaboración, fue sorprendente. No sé si será por (el Papa) Francisco pero es impresionante cómo la gente ha dado un vuelco generoso”.
Antes de la despedida, Elvia arroja la invitación: “Como el barrio está muy feo para salir con las alcancías puerta por puerta el sacerdote párroco, Dante Debiaggi, nos propuso organizar un bingo para este sábado 13 de julio. Nosotras hicimos los premios, y parece que va a haber mucha gente”.