“La gente ahora llama menos por teléfono de lunes a jueves, pero llega el viernes y sigue largándose a hacerse una escapada”, sintetizan los empresarios turísticos que han construido cabañas en lo largo de la Ruta Provincial Nº 1, en un corredor que se extiende desde San José del Rincón hasta San Javier.
“Hasta ahora más daño que la crisis internacional nos han hecho los cortes de rutas”, advirtió uno de los consultados por El Litoral, que perdió -hace 15 días- un fin de semana de buen tiempo porque el viernes pescadores cortaron el Camino del Costa para protestar por mejores subsidios durante la veda.
El sector de las cabañas pasó algo mejor que sus pares de otras zonas, los difíciles meses en los que -debido al conflicto entre el gobierno nacional y el campo- fueron interrumpidas las principales rutas de comunicación. Como la ruta santafesina paralela al curso del Paraná que se extiende sobre su valle de inundaciones no fue parte del escenario de la protesta, sus efectos no fueron tan fuertes en esa zona. Sin embargo, hoy los preocupa que los pescadores repitan cortes como los del viernes 31.
“Ésta es la mejor época del año para disfrutar del paisaje del río: ha llovido y el verde está espléndido, así es que creemos que seguiremos con una temporada buena”, sostuvo otro de los empresarios turísticos.
Cuidar al pasajero
Sebastián Nardone, secretario del Sistema de Turismo, Comercio y Servicios del Ministerio de la Producción, sostiene que el sector debe buscar cuidar al pasajero, y que en el último encuentro en el que se reunieron empresarios del sector y funcionarios del área se sostuvo que la prioridad es lograr que quienes viajen lo hagan dentro del país.
La competencia de Brasil, Uruguay y de Chile -todos destinos alentados por las últimas modificaciones cambiarias- es la principal preocupación en el sector a nivel nacional.
El Consejo Federal se reunió el 31 de octubre y “se acordó, en el Instituto de Promoción Turística, crear un observatorio para sostener la estrategia mantener al turista dentro del país”.
“Vemos -dijo Nardone- que lo principal es ver cómo implementar una política tarifaria que nos ponga en un lugar de competencia con otros destinos en naciones limítrofes, y que no nos haga perder actividad con esos mercados”.
Verano difícil en la ciudad
El funcionario provincial dijo que por razones estacionales los meses cálidos en las ciudades de Santa Fe y Rosario no son buenos, y que a esa tendencia se suma ahora una baja en la actividad del llamado “turismo corporativo”, es decir, los viajes que promueven las empresas del sector servicios tanto para capacitar a su personal como para desarrollar encuentros de negocios.
“La baja en este segmento responde a una tendencia mundial que se ha disparado con la crisis financiera internacional. Las grandes empresas han comenzado por recortar este tipo de gastos, y también en nuestro país el problema comienza a notarse”, dijo.
“Sabemos que será difícil en las ciudades de Santa Fe y Rosario, pero que no habrá el mismo impacto en la zona de la Costa y en el corredor turístico del sur santafesino. Es bueno el nivel de expectativas y reservas. La recreación asociada al agua mantiene una alta demanda de santafesinos, cordobeses y bonaerenses”.
En cambio, en las dos urbes, recreación, hotelería y gastronomía parecen más expuestas a un recorte: “El turismo es un sector muy sensible y seguramente el estado de ánimo en general va a influir”, agrega.
Desde el Estado, “recomendamos tratar de mantener la actividad, pero sabemos que el sector tiene costos ineludibles que subieron; aun así, el mensaje es buscar el equilibrio y mantener al pasajero para sustentar el negocio”.
“En los últimos años, el turismo de Santa Fe, Rosario y Rafaela ha contado con niveles de ocupación en hotelería muy altos, similares a los de destinos tradicionales como Cataratas. Es una industria que ha desarrollado muchas plazas y aporta a la economía provincial muy buenos ingresos: son razones para tener en cuenta para protegerlo”.
Rodríguez en Esperanza y Rafaela
Una amplia agenda sobre el impacto de la crisis en las empresas de Esperanza y Rafaela era abordada -al cierre de esta edición- por el ministro de Trabajo y Seguridad Social de Santa Fe, Carlos Rodríguez.
El funcionario tenía previsto reunirse con representantes de sectores sindicales, gremiales y empresariales, y con funcionarios municipales, para analizar el escenario laboral en los ambas ciudades y sus ámbitos de influencia.
“El objetivo es dialogar con los distintos actores vinculados al mundo del trabajo y conocer la realidad laboral de cada lugar”, subraya un parte de prensa oficial.
Respecto de los motivos de la recorrida, Rodríguez señaló que “la principal preocupación es que ningún santafesino pierda su trabajo, por lo que no estamos dispuestos a ser pasivos ante el escenario que se nos presenta. El gobierno provincial tiene el espacio, las herramientas y la decisión para actuar, y entiende que nadie debe perder su trabajo”, afirmó.
“Desde hace semanas estamos abocados a hacer un seguimiento de la situación laboral, caso por caso y hora por hora”, agregó el funcionario sobre los efectos en materia laboral de la crisis financiera internacional en nuestra provincia.
“Nadie sabe ni cuánto va a durar ni qué profundidad va a tener la crisis”, advirtió el ministro, y fue enfático al considerar que “en esta gestión no vamos a aceptar con pasividad ni tranquilidad que la crisis generada por los más poderosos recaiga en los más débiles: para eso vamos a usar todos los instrumentos legales que tenemos, tal como lo venimos haciendo hasta ahora”.
Rodríguez tenía previsto reunirse hoy con la intendenta de Esperanza, Ana Meiners, y con directivos de la empresa Sadesa. Luego con representantes de distintos gremios y sindicatos, nucleados en la CGT esperancina.
Una actividad similar esperaba a Rodríguez en la ciudad de Rafaela. Esta tarde tenía previsto hablar con la conducción rafaelina de la CGT y con funcionarios de la cartera laboral provincial de esa ciudad.
El jueves próximo, el ministro de Trabajo tiene previsto recorrer distintas localidades del sur santafesino para desarrollar actividades similares.
Un sector sensible
Norberto Verde, vicepresidente de la Cámara de Empresarios Turísticos de la Región de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, describe un fin de año difícil, tanto como buena parte de 2008.
El empresario destacó que ya se advierten los primeros signos de una menor demanda para los hoteles, los comedores y la recreación en general, aunque subrayó que los encuentros y congresos de profesionales y empresas -programados antes de que se desatara la crisis internacional- siguen desarrollándose, y “disimulando la baja de la demanda”.
Verde recuerda que 2008 estuvo marcado por el conflicto del campo y los cortes de rutas, y advirtió que la conclusión de la protesta no terminó con el desánimo en el sector del agro. Mencionó que como motor de otras actividades, hoy se advierte la ausencia de los fondos que venían del sector primario, lo que finalmente se traslada hacia el turismo y la recreación.
Agregó que al capítulo del agro (que le provocó bajas de hasta el 60% a los hoteles santafesinos) le siguió el de la crisis financiera internacional. Subrayó que también el gobierno nacional aportó entonces más desconfianza, con la reestatización de las jubilaciones.
Comentó que con la salida de los fondos que las AFJP inyectaban en el consumo en general y los fideicomisos de construcción en menor medida, también se achican las chances para el turismo.
“Está afectada toda la rueda de la economía, más factores que yo llamaría psicológicos, como la pérdida de la confianza, que estrictamente económicos”, describió.
Verde comparó 2008 con años anteriores, con un saldo negativo. Y explicó que se han revertido los factores que alentaban la plena ocupación de hoteles y restaurantes como las exportaciones, la actividad agropecuaria, la construcción y el optimismo que predominaba.


































