No pusieron el eje de la discusión en un piso o un techo de aumentos salariales, sino en la necesidad de "mesura, cordura y responsabilidad" ante las próximas negociaciones. Por primera vez de manera oficial, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió este martes a la casi totalidad del consejo directivo de la CGT, con su secretario general Hugo Moyano a la cabeza.
"No se habló en ningún momento de ningún piso ni techo (para la discusión salarial). Cada organización tendrá que discutir con el sector empresario cuáles son los valores y los puntos que se fijen", dijo al término del encuentro el secretario adjunto de la CGT, José Luis Lingeri, vocero de la reunión.
"No queremos que haya una puja de salarios y precios que nos lleve a una espiral inflacionaria en la que ya sabemos quién pierde", agregó. "La CGT quiere una recuperación social de abajo hacia arriba".
Tradujo en esos términos las prioridades que la CGT tiene y que está contenida en el documento que le entregaron a la presidenta: aumento del salario mínimo que está en 980 pesos y que se rediscutirá en junio; el trabajo no registrado, los desempleados y el ingreso de los jubilados.
Todos ganan
El balance del encuentro resultó promisorio tanto para la estrategia del gobierno como del oficialismo sindical. La Casa Rosada obtuvo el compromiso de la CGT, y de Moyano en particular, de que las negociaciones paritarias no tendrán un porcentaje determinado de aumento salarial. Pese a que el camionero dijo los últimos días que no se tomará como referencia la inflación registrada por el Indec en 2007, sino "los precios de los supermercados", durante la reunión se cuidó de no sacar el tema. Tampoco lo hizo alguno de los otros seis dirigentes que hablaron, de los 25 participantes del encuentro. Aunque el secretario adjunto de la CGT, José Luis Lingeri, terminó por reconocer que "un eje" de la discusión estará entre 15 y 20 por ciento.
Por el lado de Moyano, la reunión sirvió como una confirmación del apoyo del gobierno de Fernández de Kirchner a su pretensión de ser reelecto al frente de la CGT en junio próximo, ante la ofensiva de "los gordos" encabezados por el gastronómico Luis Barrionuevo. La ausencia misma de Moyano en la conferencia de prensa por supuestos compromisos fue en sí una ratificación del apoyo de la Rosada a su continuidad. También lo fueron los dichos de Lingeri, a quien se vinculó en los últimos días con Barrionuevo: "No se puede ser traidor a los propios compañeros. Los disensos se plantean dentro de la CGT", dijo sobre "los gordos".
La inexistencia de rispideces en los 70 minutos de reunión, con la presencia también del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, confirmó que los acuerdos ya habían sido anudados. La presidenta había recibido a Moyano el domingo 13 de este mes en Olivos.
Los sindicalistas se fueron de la Rosada con dos logros. Se aumentará de los 4.800 a los 6.750 pesos de salario los aportantes a las obras sociales, el Pami y las ART; y la cápita para el Pami pasará a 91,50 desde este mes cuando estaba en 81 pesos.
CMI/El Litoral

































