Por José Luis Ponsico
Los entrenadores de estos tiempos sufren por los resultados y por su relación con sus dirigidos, algo que no sucedía muchos años atrás, cuando los técnicos eran referentes de los clubes y muy respetados por los jugadores.
Reinaldo Merlo se fue de Rosario repentinamente. Renunció a la dirección técnica de Central al cabo de 40 días y tras una crisis -entredicho con Ezequiel González, hace una semana- que parecía superada.
Con la renuncia del popular ‘Mostaza‘ Merlo ya dejaron el cargo ocho entrenadores durante este semestre.
Central con Merlo ganó tres partidos, empató uno y sólo perdió uno, el domingo frente a Racing.
La campaña no era mala, pero ‘Mostaza‘ vivió, otra vez, el síndrome de la asonada de enero 2006, en River, cuando Marcelo Gallardo le dijo que la mayoría del plantel no estaba de acuerdo con ‘su estilo de juego‘.
Hace 50 años cuando el fútbol argentino era una fiesta, se jugaba en todos los estadios ‘a cancha llena‘ y el escenario real hacía absolutamente impensado que renunciaran la mitad de los entrenadores antes de la décima fecha.
La ‘cultura‘ futbolera era otra. En River, José Minella era indiscutido. Lo mismo pasaba en Racing con José Della Torre.
Por el lado de San Lorenzo, José (Pepe) Barreiro, inolvidable entrenador por sus antejos oscuros de uso cotidiano -era muy corto de vista‘-tampoco recibía las críticas que se verifican en el equipo ‘azulgrana‘ (en tres años pasaron Gustavo Alfaro, Oscar Ruggeri, Ramón Díaz y Miguel Angel Russo).
Independiente con la delantera famosa (Micheli, Cecconato, Ricardo Bonelli, antes Lacasia, Ernesto Grillo y Cruz) bautizada ‘los diablos rojos‘ de Avellaneda, tenía al ex defensor en los ï40, Omar Crucci.
Rodolfo (Fito) Micheli, una gloria del ‘Rojo‘, en diciembre de 1997 decía: ‘Era el técnico que querían los jugadores‘
José Manuel Ramos Delgado, ex ‘crack‘ de Lanús, River, la selección nacional, Banfield y Santos de Brasil, comentó algo similar cuando el equipo ‘Granate‘ alcanzó la gloria en diciembre 2007.
‘Ramón (por Cabrero) es un técnico de ’los de antes’. Es querido y respetado por sus jugadores‘, le dijo el notable ex defensor a Télam.
Boca tuvo a Ernesto Lazzati en el ï54. Cuenta la leyenda que ‘borró‘ a dos jugadores por ‘morfones‘ (‘Pierino‘ González, considerado un ‘malabarista‘, y Elio Montaño, luego goleador en Huracán) y no pasó nada.
Al cabo, con menos ‘lujos‘ Boca terminó ganando el campeonato y cortó la serie de vueltas olímpicas de River.
En Vélez era inimaginable que en los ï50 los jugadores ‘se le plantaran‘ a don Victorio Spinetto, hombre de gran personalidad, al punto que fue llevado a la Selección después de ‘la debacle‘ de Suecia, 1958.
Angel Labruna fue tres veces técnico de River y recién en el último ciclo alcanzó su mayor gloria. El conjunto de Núñez de su mano ganó siete campeonatos.
Sin embargo, en el ï79 el popular ’Angelito’ ‘aceptó‘ un cambio de ideas con dos o tres jugadores (Roberto Perfumo, Juan José López y Reinaldo Merlo, curiosamente) para que Emilio Nicolás Commiso fuera un ‘doble cinco‘ por izquierda, para enfrentar a Independiente -en el apogeo de Ricardo Bochini- en una final ganada por River, en Avellaneda.
Quizás sea por los antecedentes, que hoy no son pocos en San Lorenzo los que suponen que una figura muy popular y de experiencia como Héctor Rodolfo Veira, ídolo ‘azulgrana‘, pueda ser el hombre ideal para conducir al equipo de Boedo, en medio de una crisis severa y con tanto costo político y económico.
Télam





























