El nuevo Racing Club de Diego Simeone siguió anoche sin levantar cabeza, es más, fue goleado sin atenuantes por Olimpo 3-0 en Bahía Blanca. De este modo se agudizó la crisis en el equipo de Avellaneda, que sólo obtuvo un punto en siete fechas, la racha más negativa de su historial. Los goles del conjunto local fueron convertidos por el defensor Julio Barroso en contra, a los 38 de la primera etapa, Ezequiel Maggiolo, a los 25, y Jesús Méndez, a los 42, del complemento. El volante Rubén Capria erró un tiro penal a los 16 de la segunda etapa. Muy poco le costó al equipo de Omar Labruna recuperarse de la goleada sufrida en La Plata la fecha anterior ante Gimnasia, porque Racing no fue en ningún momento rival de temer y, además, siguió padeciendo los mismos males de partidos anteriores. Durante el primer tiempo, Racing fue una pálida expresión futbolística que deambuló por el estadio bahiense con apenas dos aproximaciones al arco de Nicolás Cambiasso, espectador provilegiado de un partido que Olimpo manejó a voluntad. Cuando se cumplía el primer cuarto, el Chino Benítez ejecutó un córner desde la derecha, ingresó Jesús Méndez por el primer palo y metió un cabezazo que dio en la parte alta del palo izquierdo. Luego, sobre la misma línea del arco, Claudio Fileppi evitó la conquista de los locales. Siguió siendo más ofensivo Olimpo porque Benítez y Méndez mandaban en la zona media, pero el juez de línea que marcaba el sector derecho del ataque de Olimpo se equivocó dos veces sancionando dos posiciones adelantadas inexistentes de Alejandro Delorte cuando se aprestaba a fusilar a Gustavo Campagnuolo. Recién a los 38 minutos el Mago Capria ensayó una diagonal por la derecha que el arquero, con los pies hacia adelante, alcanzó a neutralizar. Tres minutos más tarde llegó la apertura del marcador. Y fue por la vía que mejor aprovecha el equipo bahiense. Un tiro libre muy bien ejecutado por Benítez, desde la derecha, pasado al segundo palo por donde ingresaba Javier Páez y su cabezazo hacia atrás fue desviado por el cruce de Barroso y se transformó en el primer gol de la noche. Tras el descanso, apareció un Racing mucho más activo, al menos con una actitud de más lucha y ganas. Comenzó a presionar la salida de Olimpo. Iban tres minutos cuando Cambiasso, en un cruce temerario se lo tapó al Chirola Romero. Con muy poco, parecía que los muchachos del Cholo Simeone se aprestaban a cambiar la historia. A los 15, Cambiasso lo cruzó muy feo al chileno Mirovan Mirosevic en el área y el árbitro no dudó en sancionar el claro penal. Lo ejecutó Capria, especialista en la materia, y su disparo violento y alto dio en el horizontal y retornó al campo de juego. Pero esa fue la última expresión ofensiva seria de los de Avellaneda. Muy poco por cierto y toda la ilusión albiceleste se esfumó de golpe. A los 25, llegó el segundo tanto aurinegro. Benítez lanzó un tiro libre desde la izquierda, una especie de córner corto, para la franca entrada de Maggiolo por el medio del área, y el apodado Lechuga clavó un frentazo alto muy lejos de Gustavo Campagnuolo. Con dos goles arriba, Olimpo acentuó su dominio estratégico del partido a la vez que Racing se iba consumiendo en su propia inoperancia. El mazazo de gracia llegó a los 42, cuando en una contra perfecta Méndez, desde muy lejos, clavó un misil que selló un resultado que estaba cantado desde mucho antes. El Litoral.com / DyN































