Juntan fondos para que la madre de un soldado caído viaje a Malvinas

A 37 años de la guerra de Malvinas todavía siguen resonando las historias de cientos de familias que tuvieron algún hijo, padre, hermano, en definitiva, pariente en las islas. Es el caso de Elma Pelozo, la madre de Gabino Ruíz Díaz, un soldado correntino caído en el archipiélago.

La particularidad de esta historia es que la mujer recibió tardíamente la noticia del fallecimiento de su hijo. Posteriormente, se enteró que Gabino estaba enterrado en Malvinas, a miles de kilómetros de su hogar, como “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, es decir que no se sabía cuál era su tumba. En 1989 Elma fue parte de los primeros familiares que viajaron a Malvinas para visitar el cementerio de Darwin. No encontró la tumba de Gabino, esto tristemente le confirmó que su hijo era uno de los no identificados.

Con el transcurso de los años, Elma quedó viuda. Se aferró a sus hijos y a la esperanza de saber cuál era la tumba de Gabino para volver a Malvinas a rendirle el merecido homenaje aún pendiente.

A fines de 2017 el sueño se volvió realidad: Gabino fue uno de los primeros 90 soldados a quienes se pudo re identificar y poner una placa con su nombre en Darwin, luego de un complejo entramado de protocolos y acciones gubernamentales y científicas. Sin embargo, por sus problemas de salud (le debieron amputar sus piernas por la diabetes) Elma no pudo viajar porque necesita un cuidado especial y también que un grupo la acompañe, entre ellos profesionales médicos. A principios de 2019 más familiares viajaron a las Malvinas. Elma tampoco tuvo esta vez la posibilidad de integrarse.

Es así que la fundación “No me olvides”, encabezada por Julio Aro pusieron manos a la obra para poder cumplir este cometido. “La necesidad de Elma es trascendente, es la necesidad de cerrar este círculo humanitario por parte de muchísimos argentinos. Por eso lanzamos esta campaña, para ayudar a conseguir el ansiado vuelo sanitario a Malvinas para la valiente madre Elma Pelozo”, explican desde la organización.

Para concretarlo, desde “No me olvides” se pusieron en contacto con algunas empresas de vuelos privados, y encontraron una propuesta superadora (no necesariamente la definitiva, pero la mejor hasta ahora) que es un vuelo a través de la empresa Royal Class, de Buenos Aires, cuyo costo es de U$ S 30.000.

De esta manera, desde la fundación abrieron canales vía página web para realizar donaciones. “Nuestra esperanza es conseguir aportes que nos permitan solventar este traslado”, aseguran.