Una encuesta encargada por el Ente Nacional Regulador del Gas muestra que aún queda mucho por hacer en materia de divulgación sobre los riesgos propios de ese servicio.
Un relevamiento del Enargas muestra que la mayoría está correctamente informada, pero también que subsisten muchas confusiones. Un 5% señaló erróneamente a la llama azul como un indicio de la presencia del gas altamente tóxico que no tiene olor.

Una encuesta encargada por el Ente Nacional Regulador del Gas muestra que aún queda mucho por hacer en materia de divulgación sobre los riesgos propios de ese servicio.
Una porción importante de los consultados respondió incorrectamente ante una pregunta sobre los indicios que habilitan a sospechar que un artefacto doméstico libera monóxido de carbono, un gas que ningún sentido humano puede advertir por no tener olor, ni color, que es altamente tóxico y puede producir la muerte.
Ante una pregunta que ofrecía la posibilidad de tildar más de una opción, hubo un 17% que erróneamente marcó que el monóxido de carbono "huele a gas" y un 5% que supone, también de manera equivocada, que una "llama azul" es un indicio de su presencia.
Un parte de prensa de Enargas informa que, a través de su Gerencia de Innovación Tecnológica, realizó un sondeo de datos y opinión sobre los conocimientos que poseen los usuarios del servicio de gas por redes en materia de medidas de prevención de accidentes por inhalación de monóxido de carbono.
Esa oficina elaboró un cuestionario web para evaluar los conocimientos que poseen los usuarios sobre las medidas de prevención y funcionamiento de los artefactos domésticos de gas, sus instalaciones internas y las medidas de seguridad propias del sistema.
Cabe mencionar que desde su lanzamiento, el cuestionario funciona permanente y que los resultados obtenidos se actualizarán anualmente, destaca el comunicado.
Hasta el momento, los datos recolectados muestran que, en relación al conocimiento específico sobre qué es el monóxido de carbono, el 69% de los participantes respondió que es un gas sin olor: esa es la característica más conocida entre los participantes. La segunda respuesta elegida fue que es un compuesto tóxico y en tercer lugar se optó por indicar que es un compuesto resultado de la combustión. Sin embargo, "una minoría respondió que no sabían qué es el monóxido de carbono, mientras otros participantes contestaron incorrectamente que es un gas con olor".
Con respecto a los síntomas de intoxicación, los más reconocidos por los participantes fueron el dolor de cabeza, seguido por cansancio o tendencia al sueño.
Indicios preocupantes
"Al ser consultados sobre los indicios que señalan la presencia de monóxido de carbono en un ambiente, el 82% de los participantes señaló la llama amarilla o anaranjada de un artefacto, el 45% indicó el tiznado y manchas en las paredes y un 24% la llama débil o flamante. Erróneamente, un 17% indicó que existe presencia de monóxido cuando hay olor a gas y un 5% cuando la llama del artefacto es azul y uniforme", dice el parte.
Según los encuestados, las medidas necesarias para prevenir accidentes por inhalación de monóxido de carbono son mayoritariamente campañas de prevención, más información y educación sobre la temática, asegurar la correcta ventilación de los ambientes y hacer revisión de instalaciones y artefactos periódicamente y, en menor medida, señalaron la utilización de detectores de monóxido. "Esto refleja que las personas encuestadas, en general, tienen conocimiento sobre cuáles son las acciones que se deben tomar para prevenir ese tipo de accidentes".
Asimismo, "la mayoría de los participantes, tiene conocimiento de la importancia de las rejillas para prevenir posibles intoxicaciones con monóxido de carbono y señalaron a la cocina y el dormitorio como las ubicaciones con mayor eficiencia. Además, casi todas las personas respondieron que no obstruyen las rejillas durante el invierno".
Es importante remarcar que el cuestionario "brinda información de alto valor para los equipos técnicos del organismo" que, sin pretender "realizar una inferencia de las preferencias" de los usuarios, puede recabar información sobre su conocimiento en relación a la seguridad del sistema.
¿Qué indicios ayudan para la prevención?
El monóxido de carbono es un gas altamente venenoso que se propaga rápidamente en el aire del ambiente. Se genera por combustiones deficientes y es imposible percibirlo porque no tiene color, no tiene olor ni sabor y no irrita las mucosas. Una vez inhalado, se combina con la hemoglobina de la sangre a través de los pulmones e impide que el oxígeno llegue a los órganos vitales.
Si bien este gas venenoso no puede percibirse, hay claros indicios que señalan la presencia de monóxido de carbono en el ambiente: a) Coloración amarilla o anaranjada de la llama, en lugar de color azul; b) aparición de manchas o tiznado en las paredes; c) decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación de gases o alrededor de ellos.
Una de las principales causas de la aparición de monóxido de carbono está en el mal estado de los artefactos de gas o en sus instalaciones, por ejemplo: Insuficiente ventilación del ambiente en donde hay una combustión; instalación de artefactos en lugares inadecuados; mal estado de los conductos de evacuación de los gases de la combustión: desacoplados, deteriorados o mal instalados; quemador de gas con la entrada de aire primario reducida; acumulación de hollín u otro material en el quemador.
Para evitar accidentes, toda instalación de artefactos a gas debe cumplir con las condiciones de ubicación, ventilación y evacuación de gases producto de la combustión, conforme a Reglamentaciones Técnicas Vigentes (ver capítulos VI y VII de la NAG-200) que siempre deben ser realizadas y controladas por un gasista matriculado.




