Coronda se prepara para el verano con talleres de RCP en la costanera
La Secretaría de Emergencia y Traslado de Santa Fe realiza este miércoles y jueves talleres de reanimación cardiopulmonar y primeros auxilios en la costanera de Coronda. Con actualizaciones internacionales, buscan preparar al personal y a la comunidad ante paros cardíacos en plena temporada de verano.
Coronda se prepara para el verano con talleres de RCP en la costanera
En la costanera corondina, mientras la ciudad se prepara para inaugurar la zona de playas, el personal de emergencia entrena bajo el sol. Maniquíes, desfibriladores y cronómetros conviven con el murmullo del río en una jornada donde lo que se practica no es un deporte, sino la posibilidad concreta de salvar una vida.
Víctor Luis Bautistaes referente de la subregiónCoronda de la Secretaría de Emergencia y Traslado de Santa Fe. Explica que durante dos días llevan adelante talleres con las últimas actualizaciones globales que emitieron la AHA y la ACES en reanimación cardiopulmonar. La meta es simple y exigente a la vez: estar siempre un paso más preparados.
Estos encuentros no son solo cursos teóricos. Son instancias de actualización y destreza física para el personal, en un contexto que replica las condiciones reales: calor, tiempo limitado, presión. “Tenemos que condicionarnos, ver hasta dónde podemos llegar y en qué nos falta”, resume Bautista, mientras los equipos se alternan frente a los muñecos de práctica.
Autoexigencia en el sistema de emergencia
Bautista destaca que el grupo de trabajo en Coronda está integrado, en su mayoría, por gente joven, muy crítica con su propio desempeño. Por eso diseñan entrenamientos que llevan el cuerpo al límite, con prácticas en exteriores y con alta exigencia cardiovascular, sabiendo que cada guardia puede ponerlos frente a una emergencia real.
La autoexigencia no se agota en lo técnico. También incluye el cuidado de la propia salud. El referente admite que el paso del tiempo atraviesa a todos. Un ejercicio intenso puede revelar la necesidad de un chequeo cardíaco o de ajustar hábitos. Prepararse para asistir a otros también requiere saber cómo responde el propio organismo ante el esfuerzo.
Personal de emergencia de Coronda practica maniobras de RCP bajo el sol de la Costanera. Foto: Fernando Nicola
El fortalecimiento del sistema de emergencia se completa con la inversión en equipamiento. Bautista remarca el aporte de unidades nuevas por parte del gobierno provincial, una herramienta fundamental para llegar a tiempo. Pero insiste: contar con móviles modernos no alcanza si el factor humano no se capacita y se somete a entrenamientos exigentes.
El ciudadano como primer eslabón
El corazón del mensaje, sin embargo, está puesto en la comunidad. “El RCP y los primeros auxilios son importantísimos en la vida diaria”, subraya. El equipo puede ser profesional y estar muy preparado, pero cada emergencia comienza mucho antes de que suene una sirena. Siempre hay un civil que ve primero lo que está pasando.
Ese testigo ocasional es, para Bautista, el primer eslabón de la cadena de supervivencia. Si no sabe qué hacer, si no activa el sistema de emergencia, si no inicia maniobras básicas de RCP, el resto del dispositivo llega tarde. De allí surge la insistencia en abrir estos talleres y en multiplicar el conocimiento más allá de los límites del sistema sanitario.
La idea es que la gente se comprometa, se sienta parte y asuma la responsabilidad compartida de actuar. El equipo de emergencia puede garantizar el traslado, la medicación y la tecnología, pero la diferencia muchas veces la marca la reacción de quien está al lado cuando una persona se desploma en la vereda, en una plaza o en la propia Costanera.
Personal de emergencia de Coronda practica maniobras de RCP bajo el sol de la Costanera. Foto: Fernando Nicola
Cinco minutos de respuesta, cuatro minutos decisivos
En Coronda, el tiempo de respuesta promedio del servicio de emergencia oscila entre los cinco y los ocho minutos. En términos de logística puede parecer un lapso razonable, pero la evidencia científica indica que en un paro cardíaco es una eternidad. Los primeros cuatro minutos son decisivos para las chances de supervivencia.
Bautista explica que, si en ese lapso alguien activa el sistema y realiza un RCP de alta calidad, el equipo que llega en la ambulancia puede sostener y completar el trabajo con más chances de éxito. Si no hay maniobras previas, cada minuto que pasa disminuye de manera dramática la probabilidad de que la persona salga con vida y sin secuelas severas.
Por eso, en la costanera de Coronda, el entrenamiento bajo el sol no es una postal más de verano. Es un recordatorio de que la diferencia entre la vida y la muerte puede estar en las manos de cualquier vecino que se anime a aprender y a intervenir. Porque, como repiten los instructores, la emergencia casi siempre empieza antes de que se escuche la sirena.