Una fábrica de Santo Tomé produce bolsas degradables

El Litoral
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El 1° de marzo fue el día de las bolsas de plástico. Fue cuando los supermercados de Santa Fe dejaron de entregar bolsas tipo camiseta, tal como lo establece la Ordenanza N° 12.303. Y fue, también, el día en que en Santa Fe comenzaron a producirse las bolsas de polímero vegetal que se proponen como reemplazo.

Ese miércoles la empresa Polycopp produjo en su planta de la Curva Richieri de Santo Tomé los primeros 1.000 kilos de las bolsas, a modo de prueba. Lo hizo no sólo para responder al nuevo nicho de mercado, que recomienda estas bolsas biodegradables, sino también como alternativa a la caída del 40 % en sus ventas que produjo la prohibición, correspondiente a las compras que dejó de hacer una cadena local de supermercados.

“Creo que la gente estuvo mal informada y pensó que estaba vedada la entrega de cualquier bolsa, y las únicas que no se pueden entregar son las camiseta”, expresó Federico Coppola, presidente de la empresa. Lo dijo esta mañana, en la recorrida que realizó el intendente José Corral junto a una comitiva de funcionarios y periodistas que recorrieron la planta de Polycopp en el marco de tareas vinculadas a la campaña “No más bolsas plásticas”.

“Según normas Iram y del INTI, las bolsas de polímero vegetal son degradables en el ambiente. La buena noticia es que esta empresa ya está incorporando esta tecnología y la ofrece a los comerciantes de Santa Fe que quieran ofrecer estas bolsas a sus clientes”, expresó el intendente, y aprovechó a comentar la adaptación de empresarios y ciudadanos a la norma.

Características
Hoy la planta de Santo Tomé comenzó la segunda producción de 1.000 kilos de bolsas de polímero vegetal. Para ello, adaptó una de las líneas de producción de los diferentes modelos de bolsas de polietileno que fabrica para el agro, la industria y el comercio.

“La diferencia principal es que estas bolsas no se generan a partir de derivados del petróleo sino de recursos renovables, como la caña de azúcar o los distintos cereales”, explicó Coppola, y enumeró sin restricciones sus otras propiedades. La planta trabaja con materia prima importada. “Pero ya hay plantas piloto en Argentina que están haciendo pruebas para desarrollar el polímero”, destacó el intendente en su visita.

A simple vista, las bolsas son iguales a las camiseta. Su ventaja sustancial es que, al producirse con polímeros vegetales no se degradan en 100 y 150 años como aquellas, sino en 90 días. Si bien su capacidad de porte es menor, ante la sobrecarga el material no se rompe, se estira hasta un 50% con una carga de 6 kg. El empresario reconoce que el principal obstáculo para su comercialización es el costo: son cuatro veces más caras que las bolsas de polietileno tipo camiseta: de $ 0,30 las plásticas a $ 1,20 las vegetales.

“Entregamos más de cincuenta presupuestos pero todavía no tenemos confirmación de compra”, contó Coppola, y agregó que de todos modos su clientela también se compone de industrias para las que continúa fabricando diferentes tipos de bolsas de polietileno.