Se constituyó como querellante tras robo en su estudio jurídico

El abogado Daniel Rocca se constituyó como querellante en la causa por el robo a su estudio jurídico que se sigue contra dos personas, a quienes se detuvo in fraganti la madrugada del domingo 21 de febrero. La resolución estuvo a cargo de la jueza Susana Luna, quien falló a favor de la víctima a pesar de la oposición de la defensa.

La fiscal Yanina Tolosa manifestó que "se reúnen todos los requisitos" para la constitución de querella, en la audiencia llevada a cabo este viernes a primera hora en la sala 2 de los tribunales santafesinos. Los Dres. Romeo Díaz Duarte y Miguel Portillo representarán legalmente a Rocca en el transcurso de la investigación.

El abogado Franco Galazzo, a cargo de la defensa de Stefanía Soledad C. (30) y Alberto Ramón "Titi" C. (34), se opuso a la incorporación del damnificado como querellante en la causa, manifestando que "ya fue reparado el daño económico". Sin embargo, la jueza falló en su contra tras considerar que se trataba de una cuestión de índole procesal, que la víctima tiene derecho a intervenir en el proceso penal y que los planteos efectuados por la defensa deben ser realizados en otra instancia.

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El hecho

El hecho ocurrió entre la medianoche del sábado 20 y la madrugada del domingo 21 de febrero, en el estudio jurídico Rocca, ubicado en Corrientes al 2600, esquina con calle San Martín. Alertado por un grupo de whatsapp de los vecinos del edificio, que escuchaban ruidos en el departamento donde se encuentra el estudio, Daniel Rocca llamó al 911 y se acercó rápidamente al lugar.

Los asaltantes eran conocidos de la familia del letrado, y fueron detenidos in fraganti esa madrugada. Ella estaba a bordo de una camioneta Toyota SW4, con parte del botín en su poder. El cordobés "Tuti" C. fue atrapado dentro del edificio por la víctima y la policía.

Se estima que el hombre ingresó al edificio con una llave proporcionada por la mujer, forzó la puerta de ingreso al estudio y revolvió el despacho hasta encontrar la caja fuerte, la cual abrió con otra llave, también entregada por su cómplice. Salió dos veces del lugar, y fue cargando lo sustraído en la camioneta mientras la chica hacía de campana. Al tercer intento, fue interceptado dentro del edificio.

Se les imputó la coautoría de "robo calificado por el empleo de llave verdadera sustraída", y por un acuerdo entre las partes recuperaron su libertad bajo alternativas. Se les impuso una medida de distancia de 500 metros respecto del lugar del hecho, la víctima y su entorno familiar, y además ella debió cubrir una fianza de 1 millón de pesos.