Por Enrique Cruz (h)
Por estos momentos, el plantel de Unión define si concentra o no con vistas al encuentro de mañana, a las 20, en el 15 de Abril ante Platense, por la sexta fecha de las revanchas del torneo de Primera B Nacional luego de una semana convulsionada por la derrota ante Los Andes.
Ayer hubo conversaciones entre los jugadores y algunos directivos, a la vez que no se descarta la posibilidad de que la dirigencia efectúe alguna propuesta de pago para que el plantel tenga la tranquilidad de que la semana que viene —o quizás algo se reciba en estas horas— puedan cobrar una parte de los dos meses de sueldo que se adeudan (el de enero, y el próximo miércoles 25 será exigible el sueldo de febrero también).
Ayer, tras el entrenamiento, los jugadores debatieron respecto de qué medida tomar:
* 1) Si los jugadores no concentran, desplazan, en teoría, el centro de atención hacia la dirigencia pero sin darse cuenta de que en este momento, máxime con el resultado negativo del otro día y la flojísima actuación, hay un descontento generalizado en la gente. Se les vuelve como un boomerang.
* 2) Algunos entienden que hay que concentrarse y ganar el partido; de esta manera, ese supuesto desvío de responsabilidades se haría en forma efectiva y los dirigentes se verán en la necesidad de salir a responder la semana que viene, al menos con un adelanto de lo que se les está adeudando.
En medio de este cuadro de situación, los directivos se reunieron en la víspera y continúan trabajando e intentando generar recursos, algo que se les hace complicado y los obliga, inclusive, a efectuar aportes personales para salir al cruce.
La realidad marca que a los jugadores les conviene estar juntos. En la temporada pasada, cuando no concentraron antes del partido en Santa Fe ante la CAI, se colgaron una mochila más pesada de la que traían. Ganaron el partido y los ánimos se calmaron, pero fueron 90 minutos de tensión que podrían haber provocado una ruptura con la gente que, en este caso, se podría evitar.
El clima no es el mejor y, seguramente, cuando el lector esté leyendo estas líneas ya se sabrá si Unión concentra o no para el partido de mañana. También uno comprende el fastidio del que no cobra, pero es mucho lo que el plantel tiene para ganar —concentrando y saliendo airoso del compromiso ante Platense—, con aún más para perder, en el caso de que no lo haga y por allí no le vayan bien las cosas en la cancha.
El verdadero traslado de las responsabilidades lo hará el plantel si sigue cumpliendo con sus compromisos profesionales y logra mañana un resultado positivo. Además, una victoria traerá algo que Unión necesita tanto como el agua: un poco de tranquilidad. Y no concentrando, se agitarían esas aguas que debieran bajar tranquilas y no turbias.
El técnico y el plantel
Por su parte, el entrenador tatengue también tuvo charlas con los dirigentes. Lo hizo con Augusto Borlle, presidente de la subcomisión de fútbol, en forma telefónica y personal, luego del partido del lunes, y aquí en Santa Fe también se reunió con Miguel Ponce, César Donna y Néstor Zucchiatti.
Por un lado, Quiroz se dio cuenta de la falta de respuesta —en todo sentido— que tuvo el equipo. Por el otro, sabe que su relación con el plantel es buena y que hasta el propio grupo comprendió la decisión tomada en su momento con De la Fuente y Guerra. ¿Qué se quiere decir con esto?, que el propio Quiroz no ve “fantasmas” y no cree que el grupo le esté “haciendo la cama” como se dice habitualmente en la jerga futbolera cuando la relación técnico-plantel se resquebraja. De esto, de la buena convivencia interna, los dirigentes no tienen dudas.
¿Qué puede pasar el sábado?, en realidad, Quiroz le dijo a los dirigentes lo mismo que manifestó públicamente. Frases como “tengo un muy buen plantel”, “me trajeron todo lo que les pedí”, “este es un equipo para pelear el ascenso”, “si no asciendo a Unión será un fracaso”, se escucharon, de boca de Quiroz, en varias oportunidades durante las distintas charlas con los directivos. Ahora, ¿cómo se podrá digerir y de qué manera se seguirá si hay una nueva derrota ante un equipo “ganable”, como Platense?
Por ahora, los dirigentes no manejan un “plan B” y apuestan a que Unión gane y se retome la senda. Hablaron con los jugadores y pidieron algo que, en el partido con Belgrano, por ejemplo, se veía como un aspecto distintivo e innegociable de este plantel: la actitud positiva.
Muchos creen que este plantel es el mejor que se armó desde que Unión descendió a la B Nacional en el 2003. “Hicimos la renovación que muchos querían, nos desprendimos de jugadores que habían cumplido su ciclo en el club, trajimos otros con experiencia y personalidad. Sabíamos que haber jugado la Promoción nos obligaba a pelear el título. Desde el técnico hasta cada refuerzo que vino, fue para generar un equipo competitivo”, dicen los dirigentes. Lo cierto es que uno mira la tabla y ve a Unión debajo de la mitad y con una situación de enojo generalizado de la gente que —ojalá no ocurra— puede ser un condicionante en el partido de mañana ante los “calamares”.
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