Dr. Hugo D. Valderrama - Médico neurólogo - Máster en neurociencias (Mat. 5010)

Dr. Hugo D. Valderrama - Médico neurólogo - Máster en neurociencias (Mat. 5010)
A mí me sucedió, como también a más de la mitad de la población mundial, según las estadísticas. Muchos dejan de recordarlo simplemente por el paso del tiempo, ya que es más frecuente en niños o adolescentes, principalmente en la segunda década de vida. Mientras que el resto de nuestro cerebro crea estos increíbles entornos virtuales que llamamos sueños o pesadillas, las neuronas frontales que dirigen nuestra conciencia intentan descansar. Pero excepcionalmente, ese lóbulo frontal se activa en medio de la simulación y nos damos cuenta de ello mientras sigue sucediendo. Se teoriza que esto puede ser potenciado por la plena reconfiguración de las redes neuronales frontales durante la juventud.
En lo personal me pasó de chico, e hice lo que —también según las estadísticas— hace la mayoría cuando está en control de sus sueños, algo muy “cliché”: intentar volar. Recuerdo tomar conciencia en medio de una pesadilla, alejarme de lo que me producía temor y sorprenderme por poder hacerlo de manera tan simple. Pensé: “¡Estoy soñando! ¿Y ahora qué hago?”.
Aprovechando la incoherencia de reglas físicas que se da en estas representaciones, comencé a saltar, cada vez más alto. Llegué a una altura en donde los techos de las casas se veían pequeños y sentí el shock de adrenalina, que seguramente me hizo abrir lo ojos en la realidad de la que era entonces mi habitación.
De hecho, investigaciones han evidenciado que a menudo los niños empiezan a soñar de una manera lúcida cuando tienen una pesadilla, y esto hace suponer un posible mecanismo de autodefensa. Cuando es frecuente la toma de conciencia, aprenden a cambiar su contenido.
Profesionales del equipo de la psicóloga Dra. Ursula Voss (investigadora experta en este tipo de sueños de la Universidad de Goethe, en Frankfurt), ante la dificultad de entrenar sujetos para sus investigaciones, se plantearon inducirlos. ¿Qué hicieron? Estimularon los cerebros de las personas que se prestaron como sujetos de la investigación a través de electrodos en el cuero cabelludo, mediante una técnica llamada estimulación transcraneal de corriente alterna (TACS, por su sigla en inglés). Lo lograron y publicaron sus resultados en la revista “Nature Neuroscience”.
La estimulación se administró mientras dormían, durante dos y tres minutos de la fase de sueño llamada REM, y al momento de ello fueron despertados para responder preguntas. Casi todos los voluntarios relataron sueños lúcidos. La prueba fehaciente fue la constatación de ondas eléctricas cerebrales particulares de la conciencia, detectadas por los electroencefalogramas que estaban conectados a los participantes mientras soñaban.
La Dra. Voss no prevé un mercado comercial para los dispositivos de sueños lúcidos, y advierte que los que se venden en la actualidad no funcionan bien. Los que estimulan el cerebro, como el del estudio antes comentado, deben ser aplicados siempre por un médico especializado y actualmente sólo se utiliza bajo permisos de investigación, o para tratamientos de patologías ya aprobados. Pero ella y su equipo están estudiando su efectividad en la esquizofrenia, donde el lóbulo frontal está menos activo. Las áreas corticales activas durante un sueño lúcido se superponen con las regiones del cerebro que están deterioradas en estos pacientes, según sus estudios.
Además, diferentes universidades están investigando si provocar este tipo de sueños artificialmente en determinados momentos, podría ser una herramienta más para tratar el estrés post-traumático crónico, donde las personas afectadas modificarían sus pesadillas asociadas.




