El padre de Candela Rodríguez, detenido por piratería del asfalto, declaró hoy ante la Justicia que si el crimen de su hija, descubierto ayer en el partido bonaerense de Hurlingham, llegara a ser un "mensaje" para él, es porque lo acusaron de ser "alcahuete de la cana".
En tanto, cientos de personas acompañaron el velatorio y la inhumación de los restos de la niña de 11 años que estuvo nueve días desaparecida y también participaron de una nueva marcha en reclamo de Justicia en la que se produjeron incidentes.
Por su parte, los investigadores buscan rastros de los asesinos de Candela en una camioneta secuestrada, en una casa cercana al lugar del hallazgo del cadáver que fue allanada y en el análisis de las imágenes captadas por cámaras de seguridad del Acceso Oeste.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el fiscal de Morón a cargo de la causa, Marcelo Tavolaro, investiga distintas hipótesis, entre ellas la del "secuestro extorsivo", e incorpora todos los datos posibles al expediente.
"Se comenzó a analizar el entorno de un grupo que también se dedicaba a piratería del asfalto con el que podría haber estado vinculado el padre y otro grupo que podría haber tenido que ver con secuestradores y que estaría relacionado con otros parientes de la familia, pero esas investigaciones no dieron fruto a tiempo", dijo el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate.
En ese marco, Alfredo Rodríguez, padre de Candela, amplió esta tarde su declaración ante el fiscal, al que ya le había prestado testimonial anoche.
Un vocero judicial explicó a Télam que el hombre declaró esta tarde que si el crimen de Candela llegara a ser "un mensaje" para él es porque lo "acusaron de ser un alcahuete de la cana".
El padre de la niña aseguró que él no le debe "nada a nadie" y aportó una lista con varios nombres de las personas con las que se relacionó durante años para que se los investigue.
La misma fuente señaló a Télam que Rodríguez volvió a referirse a la llamada extorsiva que ayer circuló por los medios y que si bien anoche había dicho que la voz le resultaba familiar, esta tarde recordó que esa persona no podía ser porque estaba detenida en el marco de otra causa.
En tanto, el fiscal Tavolaro tiene previsto volver a citar a declarar a Carola Labrador, madre de Candela, aunque el momento dependerá del tiempo del duelo que atraviesa la mujer.
Por otro lado, el vocero judicial agregó que declararon los dueños del inmueble situado en J.B. Kiernan 992, de Hurlingham, de donde la policía se llevó algunos elementos y levantó rastros para cotejar, con el fin de saber si pudo ser el lugar en el que Candela estuvo cautiva los días previos a su asesinato.
Los propietarios del predio dijeron ante el fiscal Tavolaro que el mismo está alquilado, por lo que los pesquisas procuraban ahora localizar a los inquilinos para que presten declaración testimonial, añadió el informante.
Daniel, un testigo del procedimiento de la Policía Científica en esa vivienda contó esta noche a la prensa que los peritos se llevaron un tupperware con pollo y arroz que había en la heladera, varios cabellos negros, huellas dactilares levantadas del baño y las habitaciones, y rastros encontrados en un cubrecama.
El otro objeto que es analizado por los expertos es una Trafic blanca utilizada para el reparto de alimento para mascotas, que tenía un pedido de secuestro anterior al crimen de Candela y que ahora se procura determinar si es el vehículo en el que podrían haber traslado el cadáver hasta el lugar donde fue encontrado.
Investigadores policiales aseguraron que la camioneta pertenecía a un familiar Juan Manuel Falasco, el ex convicto vecino de la familia de Candela al que le allanaron su casa el lunes último en busca de la niña.
Sin embargo, la madre de Falasco aclaró a la prensa que su hijo no tiene nada que ver con la camioneta, sino que pertenece a la empresa para la que trabaja el novio de su otra hija.
Por otro lado, el velatorio de los restos de la niña comenzó esta madrugada en la cochería ubicada en la calle Vergara 3330, de Hurlingham, y a las 14 partió el cortejo fúnebre hasta el Cementerio Parque, donde se llevó a cabo la inhumación.
Luego, alrededor de las 18, vecinos de Hurlingham marcharon hasta la Municipalidad y luego a la comisaría de Villa Tesei donde los más exaltados insultaron y agredieron al comisario general Hugo Matzkin, segundo jefe de la policía provincial.
Esos manifestantes también arrojaron huevazos contra el frente de la seccional y escupieron al jefe policial cuando éste quiso dialogar con ellos.
Candela fue vista con vida por última vez el lunes 22 de agosto, cuando salió de su casa ubicada en Coraceros 2552, de Villa Tesei, para encontrarse con unas amigas con quienes asistía a un grupo de scout, en la parroquia San Pablo Apóstol, de esa localidad.
Tras nueve días de búsqueda, la niña fue encontrada la tarde de ayer a la vera de la calle Cellini y colectora del Acceso Oeste.
Según la autopsia, Candela fue asfixiada entre 24 y 36 horas antes del hallazgo y que el cuerpo había sido arrojado en la vía pública una hora antes de ser encontrado.
Télam































