COEMYC, un emblema en la restauración de edificios

Hace 10 años, Coemyc SA tomó el desafío de llevar a cabo la puesta en valor “La Redonda, arte y vida cotidiana”, una estación de ferrocarril del 1800 ubicada en el Parque Federal de la ciudad de Santa Fe. Esta obra marcaría el comienzo de la incursión en un rubro poco común que es la restauración de edificios emblemáticos. A partir de entonces, se comenzaron a ejecutar trabajos de altísimo valor patrimonial, convocando para dicho fin a santafesinos especialistas en restauraciones, con quienes consensuaron los trabajos para que estos sean aprobados por las diferentes comisiones de conservación a fin de preservar el patrimonio de todos. “Este sello de respeto a nuestras raíces y seriedad en la conservación nos ha señalado como una empresa especializada en restauraciones de alto valor patrimonial”, sostienen desde la constructora.


En tal sentido cabe mencionar que COEMYC SA ejecutó la puesta en valor de la casa Patrimonial del Instituto N° 12 “Gastón Gori”, la restauración de la emblemática Casa de la Cultura con la intervención de más de 50 artesanos que fueron convocados para dicha obra. Además, realizó la restauración de la fachada del Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral al cumplirse su centenario. Conjuntamente lleva a cabo la intervención completa de la Casa del Brigadier Estanislao López, edificio que sufriera el derrumbe en gran parte del mismo, y, la puesta en valor de la Casa Patrimonial ubicada en Rivadavia 3325.

100 años, nueva cara

Sobre la renovación de la fachada del Rectorado de la UNL, Alfredo Lorenzatti, gerente técnico de obras civiles, expresó que contaron con la invalorable colaboración de la Arq. Laura Elías, especialista en técnicas de restauración, y todo el equipo de la UNL, que -como comitente e inspección- han trabajado a la par de los técnicos, artistas y artesanos, para el logro de un trabajo excepcional.



La compañía tenía como labor principal restaurar la fachada del Rectorado y la contra fachada, es decir, la vista de los patios internos, y los techos de ese sector. “Tomamos el criterio de restaurar y de que se note”, indicó el gerente técnico: “se ven dameros de coloración diferente, pero es porque es material nuevo, con el paso del tiempo, en un año va a quedar todo mimetizado”. Hubo todo un proceso de investigación previo para llevar a cabo las reparaciones, realizándose una registración fotográfica y fílmica del antes y el después de cada sector de la obra, ya que el edificio de la Universidad fue declarado en el año 2017 “Monumento Histórico Nacional”, y, por lo tanto, se debía tener en cuenta la preservación de todas las normativas que tienen esas edificaciones. En tal sentido, Lorenzatti, remarcó: “cuando nosotros quisimos empezar la obra surgió que había que conseguir un material que tuviera todas las características ya sea en su composición química, mineralógicas y físicas del material original”.

Durante el tiempo que demandó la puesta en valor de la fachada de la UNL se debió instalar un taller de moldeo, “que es donde se hacen todas las figuras trabajadas, se rescatan moldes y luego se reproducen en serie”, detalló el referente de la firma. Es importante tener en cuenta que en esa época no se usaba cemento, era todo a base de cales y arenas. “La cal tiene una dureza importante, pero con el paso del tiempo, y nosotros lo que no teníamos era tiempo. Entonces cuando se comenzó con el fraguado de todos los materiales, hubo que hacer un trabajo más detallista, se iban haciendo por partes pequeñas y llenando en capas para que puedan ir fraguando fácilmente”, explicó.
Por último, desde la empresa recalcaron el gran trabajo del Arq. Marcelo Saba y el equipo de la Universidad, que colaboraron y trabajaron en forma conjunta para la búsqueda de la excelencia en el resultado y el desafío que significaba el cumplimiento del exiguo plazo contractual”, subrayaron.