Los paneles solares del satélite, que serán lanzado hoy al espacio desde Estados Unidos, fueron construidos por la CNEA especialmente para suministrar energía eléctrica a la misión.
"Estos paneles transforman la radiación solar en electricidad y soportan extremas condiciones ambientales", señala un comunicado, que agrega que "para eso, los investigadores y científicos volcaron toda la experiencia acumulada en la CNEA durante más de tres décadas sobre aprovechamiento de la energía solar".
El jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA, Julio Durán, señaló que los paneles se fabricaron "con tecnología desarrollada por CNEA, según los requerimientos de calidad y aseguramiento de calidad compatibles con la política espacial".
El satélite lleva dos fuentes de alimentación energética, de las cuales una, para propulsión, es combustible, con lo que corrige su órbita periódicamente a través de toberas, mientras que para su operatividad dispone de los paneles solares que cargan las baterías para cuando el satélite esté a la sombra de la tierra.
Durán, también jefe del proyecto de paneles solares del Proyecto SAC-D, destacó que "es la primera vez que paneles solares, fabricados en Argentina, con tecnología argentina, van a volar en un satélite".
También explicó que la CNEA suministró "toda una plataforma preparada para que los paneles funcionen: que releven la información que tienen que relevar y que la transmitan a tierra.
Cuenta con una computadora de a bordo, con lo cual tiene funciones automáticas y otras que se manejan desde tierra".
El gerente de Desarrollo Tecnológico de la CNEA, Alfredo Boselli, explicó el motivo por el cual este organismo desarrolla paneles solares.
Boselli señaló que durante "los 61 años de historia de la institución -dijo-, hemos investigado una serie de tecnologías con aplicaciones directamente relacionadas con el desarrollo nuclear en el área de combustibles y de estructuras, entre otras".
"Esos logros -siguió- nos convirtieron en una organización con grupos expertos en temas fundamentalmente aplicables a lo nuclear, pero que también se podían aplicar a otras tecnologías de punta".
La CNEA acumuló experiencia "ensayando con radiaciones protónicas, neutrónicas y de distintos tipos que puedieran dañar los materiales", hasta estar "en condiciones de proveer materiales que sirvieran para la industria espacial", sostuvo.
Al respecto, el especialista puntualizó que "la radiación cósmica es muy superior a la que recibimos en la Tierra, donde estamos protegidos por la atmósfera".


































