Las competencias internas fueron malas: el Sabalero avanzó en la Copa Libertadores hasta que apareció Talleres y los penales contra Patronato lo sacaron de la Copa Argentina. Pasó de tres finales a jugar por nada.

Ese famoso salto de calidad que se le pide al fútbol rojiblanco no llegó: eliminado en Copa Argentina y afuera de la Sudamericana en el primer mata-mata. Sigue Munúa pero con correctivos.