Techos dignos por ranchos: otorgan 30 viviendas que intentaron ser usurpadas

El lunes 16 de diciembre, un grupo de familias inundadas de Loyola Sur habitantes de ranchos intentó usurpar viviendas de un plan habitacional en barrio Jesuitas. Aquella noche hubo momentos de tensión y desesperación: es que todo se dio por el temporal que había azotado a la ciudad un par de días antes, cuando cayeron más de 260 milímetros en pocas horas. Días atrás, finalmente esas casas recibieron la infraestructura que necesitaban y se entregaron a familias que vivían en condiciones de hacinamiento.

Esto fue posible a partir un trabajo coordinado entre el Movimiento Los Sin Techo (MLST), que actuó rápido ante la situación, y el gobierno provincial, que culminó los trabajos de infraestructura que estaban pendientes. El MLST actuó bajo un protocolo de selección con el que cuenta (sobre la base de un listado de familias habitantes de ranchos en la ciudad) y sobre un orden de prioridades.

Con todo listo (infraestructura y sorteo), se entregaron esas 30 viviendas a las familias. Todos estuvieron de acuerdo en los elegidos. Es que la gran meta del MLST es erradicar los ranchos de la ciudad y cambiarlos por casas dignas, siempre para familias que viven en una situación socioeconómica crítica, y con la indigencia más cruda sobre sus espaldas. Supo El Litoral que ahora, la idea es —en el mismo sector habitacional— construir unas 27 ó 28 viviendas más para otras familias que padecen la misma situación.

Qué se hizo y cómo fue la elección

Ese plan habitacional se empezó a construir a través de un convenio firmado oportunamente entre el Municipio local y el Gobierno provincial, en ambas gestiones anteriores. Las viviendas se construyeron con fondos nacionales, y Provincia debía hacerse cargo de las obras de infraestructura. “Se ejecutaron las conexiones de luz, es decir, las bajadas del tendido eléctrico a cada una de las viviendas, el suministro de agua y arreglos en los interiores, siempre con el apoyo del Movimiento”, le dijo a El Litoral Amado Zorzón, secretario de Hábitat, Vivienda y Urbanismo provincial. Es decir, las viviendas cuentan con cloacas, agua y luz. El gas aún no llega a ese sector del ejido urbano.

Del criterio de elección de las 30 familias que ahora habitan esas viviendas —y que antes vivían en ranchos— se encargó el MLST a partir de un protocolo basado en un relevamiento propio. Hubo una clasificación de todas las familias que habitan en condiciones de hacinamiento en la ciudad, en función de una serie de prioridades: es decir, personas con discapacidad o familias muy numerosas. “Se les asignó una puntuación, se hizo un sorteo y todos quedaron conformes”, aseguró el funcionario.

Esas 30 familias ahora beneficiarias integraban el Plan de Erradicación de Ranchos, que llevan adelante en forma conjunta El MLST —con su aporte en mano de obra—, el gobierno provincial y la Municipalidad. No pagan por la vivienda; tampoco se les da el título de propiedad, sino que se les entrega la potestad de uso precario para que las puedan habitar.

El próximo miércoles habrá una reunión con el referente del MLST, Ing. José Luis Ambrosino, para avanzar en la construcción de las nuevas viviendas, adelantó Zorzón. “Intentaremos avanzar en dos manzanas más (en ese predio) para allí construir las nuevas 27 ó 28 viviendas que tenemos que hacer. La clave es trabajar en forma conjunta, es evidente: entre el Estado y las entidades que tienen trayectoria y con una gran labor realizada a lo largo de los años, como el MLST”, ponderó.

“1.600”

En declaraciones públicas, José Luis Ambrosino, referente del Movimiento Los Sin Techo, agradeció “al gobierno provincial, que ha hecho una participación rápida para solucionar un problema”. Y recordó: “Santa Fe tiene 1.600 ranchos, pero esto es un principio de solución. Conjuntamente tenemos decidido que a esta alegría que viven hoy quienes recibieron su casita (en barrio Jesuitas), la puedan vivir todos los habitantes de ranchos de la ciudad”.