Hace dos semanas que los argentinos adelantamos los relojes y aún muchos santafesinos no se acostumbraron al nuevo huso horario, que retrasó el despunte del sol y prolongó el atardecer.
La gente se queja de que no puede conciliar el sueño y que el cansancio se siente más que nunca al día siguiente. Todos culpan de estas consecuencias indeseadas a los legisladores que aprobaron en diciembre pasado el proyecto de ley para modificar la hora oficial.
El diagnóstico, por casero que parezca, no está alejado del saber científico. "Claramente están dadas las condiciones biológicas para que haya alteraciones en el sueño", sostuvo el Dr. Daniel Cardinali, profesor de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA e investigador Superior del Conicet.
El médico basa su argumentación, fundamentalmente, en un estudio realizado por científicos alemanes. La investigación, efectuada sobre una población de 55 mil personas, demostró que algunos tienen problemas para adaptarse a los cambios de huso horario.
"Lo más interesante de este estudio que se publicó en noviembre del año pasado es que plantea que el simple hecho de tener un horario de verano hace que una parte de la población, durante todo ese período, tenga alteraciones en el sueño, que sólo se corrigen cuando se vuelve al horario normal. Y eso fue lo que me sorprendió porque por primera vez se plantea que a lo largo de todo el horario de verano, y no sólo en el momento en que se adopta, hay una población que no se adapta nunca. Esto es realmente nuevo para la información científica", destacó Cardinali, quien dijo que "se supone que eso tiene que pasar en todo el mundo".
Las consecuencias que trae aparejada la modificación en las horas de descanso son varias. "Un sueño inadecuado trae infinidad de problemas en relación con el rendimiento, estado de ánimo, atención; en síntesis, en la capacidad de trabajo", resumió el profesional quien agregó que "nuestra sociedad dedica al sueño el 25 % menos de horas que en los '60. Es decir, vivimos técnicamente en una sociedad privada de sueño".
Reloj biológico
Los seres humanos tenemos un reloj interno, denominado circadiano, que regula los ciclos de sueño y vigilia, la temperatura corporal, la presión arterial y la liberación de varias hormonas endócrinas.
Pero a diferencia de las horas que marca el reloj mecánico, el nuestro "atrasa cada día algunos minutos o hasta media hora y se ajusta exactamente a 24 horas con la luz solar de la mañana. Si Ud. suprime la luz solar entre las 6 y las 8 de la mañana en ese momento va a tener mayor tendencia a la desincronización", explicó Cardinali.
En todo caso "el problema básico está en la adaptación o en la desadaptación de los ritmos biológicos al huso geográfico". Y si bien el sueño es el más ostensible -señaló Cardinali- "todas las funciones del organismo tienen una periodicidad de 24 horas. Por lo tanto, acompañando a la alteración del sueño, hay una alteración global de todos los ritmos biológicos".
Oposición histórica
El sistema internacional de husos horarios se estableció con el objetivo de ordenar la hora a nivel mundial, teniendo en cuenta el recorrido aparente diurno que realiza el sol a raíz de la rotación de la tierra.
La Argentina adhirió en 1920 y adoptó el huso -4 (al oeste de Greenwich) dentro del cual se encuentra ubicada la mayor parte del territorio. En distintas épocas y por razones de "ahorro energético" el país aplicó durante todo el año el huso -3 (horario de verano) e incluso, en algunos meses, el -2.
Con la aprobación en el Congreso de la ley que determinó adelantar en diciembre de 2007 una hora los relojes, los científicos volvieron a manifestar su descontento. Consultado sobre si la medida servirá para ahorrar energía, Federico Norte, doctor en Ciencias Meteorológicas e investigador del Conicet, sostuvo que "sirve cuando es una hora pero en Argentina la hora ya estaba adelantada y no conozco país alguno, salvo el nuestro, que adelantando dos veces el reloj obtenga algún ahorro. Al menos no conozco los trabajos científicos que demuestran esto; en tal caso, seríamos pioneros en el mundo", afirmó Norte, quien se desempeña en el Centro Científico Tecnológico Mendoza, delegación cuyana del Conicet.
El investigador afirmó que las comunidades científica nacional e internacional no están de acuerdo con la medida adoptada porque implica "adelantar doblemente el reloj", dejando al país "en el huso horario de las Islas Azores en el Atlántico". "El huso -2 es absurdo y notablemente contraproducente desde diversos puntos de vista", sostuvo Norte.
En distintas oportunidades, el Estado ha echado mano al recurso de adelantar la hora para aprovechar la luz solar. ¿Por qué ahora parte de la comunidad científica se opone? "Siempre nos opusimos. Lo que sucede es que en 1974 cuando se `estrenó' el huso horario -2 no existían los canales de comunicación actual ni Internet ni los correos electrónicos. En 1988 tampoco y la movilización en contra tardó dos años en obtener la aprobación del gobierno de Mendoza y luego de la mayoría de las provincias. Ahora en menos de 24 horas pudimos conectarnos con facilidad y trasmitir nuestra inquietud a los medios", concluyó Norte.


































