Por Ivana Fux
Según una encuesta, la mayor parte de los policías de Santa Fe y Rosario no está en las calles vigilando y patrullando, sino en las oficinas. La conclusión es una más del trabajo de investigación que se realizó desde el programa Delito y Sociedad de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL, y cuyos resultados ya fueron desarrollados en parte por El Litoral.
El relevamiento recabó la opinión de 418 policías de las Unidades Regionales I y II. Cuando se los consultó sobre diferentes aspectos del trabajo cotidiano, el 40,7% dijo que realiza tareas administrativas. Un 37,8% dijo patrullaje en el espacio público, un 19,6% contestó tareas vinculadas con el mantenimiento del orden en manifestaciones, y el 18,4% dijo la investigación de delitos.
Según la encuesta, fueron más los oficiales que dijeron hacer tareas administrativas que los suboficiales (48,4 contra 39,3%). Y en cualquiera de los dos casos, la proporción de mujeres que eligió esa respuesta fue mucho mayor que la de varones (67,4% contra 39,8%).
Curiosamente, la investigación demuestra que en el departamento La Capital la proporción de policías que respondió hacer tareas administrativas fue mayor que en Rosario (casi la mitad en la Unidad Regional I -49,7%- contra el 35% en la Unidad Regional II).
Es demasiado
Tanto para quien condujo la investigación como para el actual ministro de Seguridad de la provincia, el número de agentes en las oficinas es muy alto. El sociólogo Máximo Sozzo dijo a El Litoral que el dato es ``dramático'', e instó a reflexionar sobre la racionalidad de incorporar más efectivos.
``Hay que preguntarse para qué son esos nuevos policías -indagó-. Hay que empezar a revisar qué cosas (que hoy hace un policía) pueden hacer las personas que no llevan un arma en la cintura. Porque ese trabajo podría hacerlo un no policía sin necesidad de sacar hombres de la calle'', apuntó.
En el mismo sentido opinó el ministro Daniel Cuenca. Consultado por este diario, admitió que es mucha la gente asignada a tareas administrativas y prometió un reordenamiento del personal.
``Esto hay que corregirlo -reconoció-. Hay mucha gente en las oficinas y hay que reordenarla para que cumpla tareas específicas de seguridad. En algunos casos ya estamos haciendo modificaciones y en otros, queremos hacer un plan serio de reubicación''.
El funcionario evitó señalar cuál es la proporción ideal de personal que patrulle y que esté en las oficinas, porque dijo que su modelo de policía implica una mezcla de funcionarios públicos.
``Según mi criterio político, hay muchas tareas administrativas que no deberían estar en manos de policías sino de cualquier funcionario. Pero esto requiere cambios reglamentarios que van a llevar su tiempo. La idea -explicó- es descentralizar para que la tarea de oficina la haga personal administrativo''.
Sindicalización
El cuestionario de los investigadores también incluyó una pregunta sobre la sindicalización. La conclusión fue abrumadora: el 84% se manifestó a favor de tener un gremio que los represente. Para Máximo Sozzo, la respuesta deja en evidencia la necesidad de generar un espacio para poder discutir.
``Esto demuestra que hay un nivel de debate muy fuerte dentro de la policía, con opiniones muy diversas, y lo que se está pidiendo es un espacio para que todas esas opiniones se puedan canalizar'', interpretó. A su criterio, el reclamo de agremiación está vinculado con la democratización de la policía.
``De lo contrario -advirtió-, se les está devaluando el derecho de protestar. Hay muchos países que han avanzado hacia este tipo de prácticas. Y no debatir el tema sería darle la espalda a un fenómeno indispensable y que si no se aborda, estalla de otra forma con organizaciones de legitimidad dudosa''.
Igualmente, advirtió que no debe existir un sindicato único. ``Un solo gremio podría hacer aflorar la vieja corporación policial. Es indispensable que la formación de representación laboral sea democrática y plural'', expresó.
El ministro Cuenca, por su parte, dijo que si bien el tema implica una discusión política de vieja data, sigue siendo muy difícil de resolver. De todos modos, admitió que es necesario generar una instancia de diálogo.
``Creo que tiene que haber algún modelo de voz. En este año algo haremos sobre eso, pero todavía lo tenemos en pañales. Se trataría de un interlocutor válido. No sería un sindicato, pero sí una manera de organizarse; una mesa de diálogo, porque como en cualquier empleo, esto tiene que estar'', prometió.































