El cronómetro marcaba 6.30 de competencia. Los nadadores mantenían un rítmo de competencia regular. El estado físico comenzaba a jugar un papel protagónico y los guías daban indicaciones a sus nadadores. Era el momento de la maratón en la que se comenzaban a notar las distintas estratégias en pos de conseguir el primer lugar.
A la salida de la Cortada de los Suspiros el nadador checoslovaco Libor Smolka alcanzó por primera vez en la competencia el primer lugar. Aunque se debe señalar que el pelotón seguía siendo compacto y la punta cambiaba a cada instante. Nadie amagaba a escaparse.































