Tallan en Santo Domingo un Cristo de 30 toneladas

César Benítez - cbenitez@ellitoral.com

Enviado especial a Santo Domingo

El pueblo es tranquilo, con 2 mil habitantes y situado escasamente a dos kilómetros al este de la Ruta Provincial Nº 4, debe su existencia a la actividad agropecuaria. Sin embargo, desde hace más de un mes cuando llegó con su bolso y herramientas a cuestas, Luis Sissara, artesano de la madera se convirtió en la atracción de Santo Domingo.

Es que improvisado en una carpa de media sombra al lado del predio contiguo a la iglesia Santo Domingo de Guzmán este escultor chileno (aclara que Argentina es su patria amada,) trabaja sin horarios con su motosierra y moldea con llamativa facilidad la figura de Cristo crucificado que se levantará próximamente en el ingreso al pueblo.

Numerosas personas lo visitan en su improvisado “atellier”, donde la curiosidad y la admiración ganan terreno de manera cotidiana. Unos tachos recortados con una ardiente fogata, generan el calor necesario para hacer más llevadera la tarea.

Luis Sissara, es un escultor chileno, radicado desde hace 30 años en Argentina (Mendoza), que con esta obra que está a punto de plasmar en Santo Domingo, concluirá de terminar en nuestro país el Cristo número 37 -el anterior correspondió a Baradero, provincia de Buenos Aires- que forma parte de lo que él denomina “la cadena de hermandad de los pueblos hasta las Islas Malvinas, que sería el broche final de esta misión.

Cada creación se entrega a los pueblos que te lo piden, talladas en maderas, son enormes y pesa todo alrededor de 30 toneladas.

En Santo Domingo ya se está por terminar y seguramente para fin de mes va a ser emplazada en la localidad, aunque en la obra en sí estaría terminada para mañana y con la esperanza de que las poblaciones vecinas puedan concurrir a la entronización.

Más allá del Cristo, el significado es más profundo: una estela de mensajes, de poemas y de una historia que no fue en vano y que a pesar de tanto sufrimiento se avanzó hasta llegar a las Islas Malvinas, que es donde llevaremos todo ese pedacito de corazón argentino porque tenemos ahí una deuda que pagar y cumplir en esta entrega a la Patria”, explicó Sissara a El Litoral.

Luis señala con entusiasmo que apenas pasen las celebraciones del Bicentenario se procederá a emplazar la impactante imagen y que la técnica utilizada “siempre es la misma: un árbol sano para poder moldearlo con la motosierra.

En este caso se trata de un eucalipto colorado que tiene la particularidad de durabilidad en el tiempo, por que a veces hubo otras maderas falsas que no tuvieron mucha resistencia.

“La comuna y quienes estén a cargo deberán velar por su mantenimiento porque nada es eterno pero este eucalipto puede durar entre 80 y 100 años. Ahora ya estamos en los retoques finales para armarles los brazos y así levantar este Cristo de 9 metros que va en una torre de maderos de 23 metros de altura”, describió el eximio artista.

Ya en la mente del escultor de 50 años se avizoran las imágenes de la próxima entronización, hecho que describe “como magnífico” porque se parte en peregrinación junto con la imagen a entronizar “y ese momento es el más importante porque un pueblo saluda a los demás que están allí presentes, todos juntos”.

Considera que a través de la democracia y el cristianismo, “se abren los caminos para una nueva filosofía de vida que todos esperamos en este mundo”.

Cómo nació la idea

“Hugo Bidart vio una imagen de un Cristo imponente en Villa Elisa, Entre Ríos y así se puso a buscar al autor de la obra, Luis Sissara. Lo trajo como inquietud a Santo Domingo y se invitó a la Iglesia Católica y Evangélica para tratar el tema.

Fue así que al aprobarse la iniciativa comenzaron los contactos el año pasado para concretar la obra que felizmente está llegando a su fin”, señaló Carlos Boutet, quien junto a Bidart son directivos de la emblemática Escuela Agrotécnica Nº 2047 Los Colonizadores.

El docente señaló que “la idea es emplazarlo al ingreso del pueblo, donde se levantará un santuario en un predio de una hectárea donado por un lugareño”.