El papa Benedicto XVI exhortó hoy a obispos argentinos a encarar en forma urgente una “extensa e incisiva” acción evangelizadora, a fin de procurar “un renacimiento espiritual y moral” de la Argentina, marcado por los valores cristianos.
Al recibir a 22 prelados nacionales, de la segunda tanda que participan de la visita “ad límina”, los instó a fomentar “el espíritu de comunión y de fidelidad” al magisterio de la Iglesia, a dar ejemplo de santidad para “una verdadera” renovación eclesial, y a fomentar el compromiso social de los laicos católicos.
Este grupo rezó ayer una misa por el eterno descanso del ex presidente Raúl Alfonsín en la basílica de San Juan de Letrán, de Roma, oficio religioso al que asistió el embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, entre otros funcionarios diplomáticos.
Tras agradecer las palabras del arzobispo Alfonso Delgado (San Juan), el Papa apeló a un mensaje sin referencias de coyuntura y orientado al quehacer propio de la Iglesia en Argentina. “Es urgente llevar a cabo una extensa e incisiva acción evangelizadora que, teniendo en cuenta los valores cristianos que han configurado la historia y la cultura de su país, lleve a un renacimiento espiritual y moral de las comunidades, y de toda la sociedad”, subrayó.
Benedicto XVI insistió en la necesidad de “fomentar el espíritu de comunión y de fidelidad al Magisterio, especialmente en los que tienen la misión de transmitir íntegro el mensaje del Evangelio”.
Asimismo, recordó a los obispos argentinos que “la primera forma de evangelización es el testimonio de la propia vida”, y les aseguró que “la santidad de vida es un don precioso que pueden ofrecer a sus comunidades en el camino de la verdadera renovación de la Iglesia”.
“Hoy más que nunca la santidad es una exigencia de perenne actualidad, ya que el hombre de nuestro tiempo siente necesidad urgente del testimonio claro y atrayente de una vida coherente y ejemplar”, aseveró.
El Papa consideró además que los retos de la época actual requieren “más que nunca sacerdotes virtuosos, llenos de espíritu de oración y sacrificio, con una sólida formación y entregados al servicio de Cristo y de la Iglesia mediante el ejercicio de la caridad”. “El sacerdote tiene la gran responsabilidad -advirtió- de aparecer ante los fieles irreprochable en su conducta, siguiendo de cerca a Cristo y con el apoyo y aliento de los fieles, sobre todo con su oración, comprensión y afecto espiritual”.
Por último, Benedicto XVI alentó a los obispos argentinos a procurar “el resurgir de un laicado maduro, que busque la santidad en sus quehaceres temporales, en plena comunión con sus pastores, y firme en su vocación apostólica de ser fermento evangélico en el mundo”.
Previo a la audiencia conjunta, Benedicto XVI recibió a los obispos en forma individual, para escuchar los informes sobre la realidad socio-político-pastoral de las diócesis.
La segunda tanda estuvo conformada por los arzobispos Alfonso Delgado (San Juan), José María Arancibia (Mendoza), Carlos Ñáñez (Córdoba), Fabriciano Sigampa (Resistencia) y Andrés Stanovnik (Corrientes). También por los obispos Héctor Cardelli (San Nicolás), Ramón Dus (Reconquista), Ricardo Faifer (Goya), Marcelo Martorell (Puerto Iguazú), Juan Martínez (Posadas), José Rovai (Villa María), Mariano Moreno García (Cafayate), Juan Suárez (Gregorio de Laferrére), Gustavo Help (Venado Tuerto), Mario Poli (Santa Rosa), Adolfo Uriona (Añatuya), Hugo Salaberry (Azul), y Luis Urbanc (Catamarca).
La comitiva estuvo integrada además por los obispos Sergio Buenanueva (auxiliar de Mendoza), Charbel Merhi (eparquía maronita), Emilio Bianchi di Cárcano (emérito de Azul) y Cipriano García Fernández (emérito de Cafayate).
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