En su página de Internet (www.sap.org.ar), la Sociedad Argentina de Pediatría explica sobre la bronquiolitis que en un pequeño porcentaje de niños requiere internación y la mortalidad es baja cuando no existen factores de riesgo para desarrollar enfermedad grave.
Dichos factores para desarrollar esa enfermedad incluyen la falta de lactancia materna, la vacunación incompleta, la prematurez o el bajo peso al nacer, y la desnutrición. Pero también están los del medio: el hacinamiento, la época invernal, la asistencia a guarderías, las madres analfabetas o adolescentes y la contaminación ambiental (tabaquismo).
Respecto a los síntomas de la infección respiratoria alta, la SAP recordó que comprenden de 1 a 3 días previos con secreción y congestión nasal, tos y eventualmente fiebre, y de la infección respiratoria baja: respiración acelerada, hundimiento o retracción de la piel entre las costillas, respiración ruidosa, y silbido en el pecho (sibilancias), de una duración aproximada de 5 días.
Por último, sugirió que -siempre que sea posible- se debe mantener la lactancia materna y la alimentación en general; ofrecer abundante líquido por la boca; la administración será muy cuidadosa, fraccionada y pausada para disminuir el riesgo de aspiración debido al mayor número de respiraciones; en caso de fiebre podrán emplearse antitérmicos como el paracetamol; los niños que se manejan en forma ambulatoria con bronquiolitis leves no necesitan aporte suplementario de oxígeno. Se recomienda a los padres mantener las narinas permeables mediante aspiración de las secreciones nasales y mantener al niño en posición semisentada.





























