El dramaturgo, actor y director José Ignacio Serralunga se encontró hace muchos años con la historia real del conde Edmund Tessiers de Boisbertrand, fundador de la colonia Cayastá. La combinación de elementos, incluida una profecía surgida en Europa, lo fascinaron. Pero el aspecto determinante para la decisión de convertirla en una obra teatral fue el empeño del destino: durante una visita a San Jerónimo Norte, se topó con un libro inspirado en el mismo personaje, sin que sus vivencias perdieran un ápice de interés. “Me acordé de una frase que escuché en un taller de dramaturgia, que dice que ‘una idea es poética cuando se reitera, se alimenta y crece, no cuando te pica y se va’. Pensé entonces que esta era una de esas ideas poéticas”, contó José a El Litoral.
Lo cierto es que la idea no quedó en el aire, sino que se tradujo en un hecho concreto: el próximo sábado 7 de marzo, en LOA Espacio AGM (25 de Mayo 1867) se estrenará “La serpiente dorada”, dirigida precisamente por Serralunga y basada en ciertos acontecimientos que rodearon la vida del conde Tessier. Ambientada en Cayastá en 1882, desarrolla una trama que se sostiene en “una intriga que se tiñe con tintes de realismo mágico”, según los términos utilizados por los propios realizadores cuando gestaron los instrumentos de difusión del proyecto.
La sinopsis señala que, en una noche fría de agosto, “la criada Helenne y las hermanas Gaspoz preparan la cena. En el ajetreo entretenido de lo cotidiano aparecen, intercaladas con situaciones risueñas, señales y augurios que parecen presagiar el cumplimiento terrible de una profecía. Quizá sean la tormenta y la noche lo que las sugestiona y las enreda en mitos y en leyendas lugareñas. Quizá los presentimientos tengan validez”.
Si bien el origen de la pieza se vincula con la historia verídica del conde Tessiers y la profecía que sobre él pesaba, al desarrollar la escritura el autor introdujo componentes relacionados con costumbres y creencias populares de la época en que está ambientada (como la serpiente dorada que da lugar al título) que tienen un peso determinante en la trama. A lo que se suman referencias a paisajes fácilmente identificables como la costa, con su flora y fauna características, y la idea rectora de divulgar, a través de una creación artística, un acontecimiento real que se relaciona con la idiosincrasia regional.
Para la evolución de la obra, el aporte de los intérpretes, Exequiel Maya, Jaquelina Abrigo y Ana Paula Borré fue fundamental: desde sus propuestas de acciones y pintura de los personajes se fue enriqueciendo con matices y delineando con claridad lo que en la letra aparece veladamente. Lo demás, fue un estudio de las formas culturales de fines de siglo XIX en las colonias rurales. “Todo el entorno aparece en la obra. Lo político, lo humano y el paisaje. Los personajes están encerrados en la cocina una noche de lluvia, pero llegan distintas noticias. Hay un contexto que justifica lo que les pasa. Ellos llevan consigo presagios, expectativas, creencias y leyendas”, resaltó Serralunga.
“La historia me fascinó. Tiene profecías, anuncios y presagios. Y es real. Cuando lo lees en una novela es interesante, pero cuando descubrís que es de la vida real, pasa a ser fascinante. Además, pasó acá nomás, muy cerca de Santa Fe. Incluso Jorge Álvarez le dedicó un programa de ‘La tierra y su gente’ a esa historia”, describió Serralunga al compartir detalles de la iniciativa. En este sentido, destacó su interés por los vericuetos menos pomposos de la Historia. “Me interesan mucho los libros que tienen que ver con hechos pequeños, no con las grandes epopeyas. Por ejemplo, una pelea entre cincuenta personas conocidas entre sí en una plaza me llama más la atención que una batallas con miles de soldados”, señaló.
Aunque tiene fuerte gravitación en la trama, el personaje del conde no aparece nunca en escena, salvo por las menciones que las hermanas y la criada hacen de él. Durante el tiempo en que se desarrolla la acción, en una noche lluviosa, siempre está cenando en la habitación contigua. Esta fue una decisión que tomó el director para crear un halo de misterio. “Se me ocurrió, para mantener la intriga, que el conde no se vea nunca en escena”. A través de este recurso, el público puede construir al conde a partir de lo que escucha y del dictado de su propia imaginación.
Luego del estreno previsto para el 7 de marzo, la obra continuará en escena en la sala de 25 de Mayo 1867 los sábados de marzo a las 21. Los interesados en adquirir las entradas, deben dirigirse al teléfono (0342) 154772828.
La obra resultó ganadora de la Beca de Creación en Artes Escénicas del Fondo Regional de las Artes (Municipalidad de Santa Fe, UNL y Fondo Nacional de las Artes).
El elenco está integrado por Exequiel Maya, Jaquelina Abrigo y Ana Paula Borré, con dirección de José Ignacio Serralunga. La voz en off es de Sebastián Terentino.
La escenografía, planta de luces y puesta en escena son de José Serralunga, el maquillaje está a cargo del grupo; el vestuario lo realizó Delfina Serralunga y el peinado de la peluca es de Ignacio Estigarribia.
La fotografía es de Constanza Maraglia, el diseño gráfico a cargo de Moranda y la filmación de Sergio Campins. En prensa se desempeña Rosana Balbuena, y en promoción Soy Espectáculos. La producción general es José Ignacio Serralunga. El espectáculo cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro.