La presidenta Cristina Fernández de Kirchner echó finalmente ayer, por decreto de necesidad y urgencia (DNU), al titular del Banco Central, Martín Redrado, sin contar con el aval del Congreso para tomar esa medida, lo cual generó un fuerte rechazo en todo el arco opositor y con cuestionamientos de los principales constitucionalistas del país.
La presidenta afirmó que “no le gustó tomar la medida” y confirmó al vicepresidente del BCRA, Miguel Pesce, al frente de la entidad hasta que se designe al nuevo titular. Por su parte, el ministro de Economía, Amado Boudou, insistió en que el economista Mario Blejer será el próximo presidente, aunque éste negó nuevamente la versión.
Fuentes cercanas al economista manifestaron que “nadie se comunicó con él y que él aún no ha aceptado ningún cargo”. El decreto señala que a Redrado se lo remueve por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “mala conducta”.
Mediante el artículo 2 del decreto, la presidenta se autoexculpó de cumplir con el artículo 9 de la Carta Orgánica del BCRA -que es una ley vigente- que la obliga a consultar a una comisión bicameral que analice el eventual incumplimiento del funcionario, antes de decretar su remoción.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguró ayer que la decisión de esa comisión no es vinculante. Pero la mayoría de los constitucionalistas replica que eso no exime a la presidenta de esperar el paso previsto en la ley.
La primera mandataria justifica la ausencia de ese paso legislativo en el hecho de que “la dilación del trámite aparejaría más daño, más inestabilidad e incertidumbre, contribuyendo a una situación de desgobierno y anarquía” en la entidad monetaria.
Fuerte controversia
La norma por la que se dispone la remoción de Redrado generó un fuerte rechazo entre legisladores, políticos opositores, economistas de distintas escuelas y abogados constitucionalistas que cuestionaron la legalidad de la norma.
El decreto dice que la actitud de Redrado es un “obstáculo para la renegociación, reprogramación, y pago de la deuda y sus intereses”, y que trató de “entorpecer” las decisiones del Directorio de la entidad cuando se trata de “dar certeza” a los acreedores y mercados financieros sobre la cancelación de los vencimientos de 2010.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, justificó la decisión al afirmar que Redrado “no cumplió” con el DNU que le ordenaba formar el Fondo del Bicentenario. “En la mayoría de los casos el presidente del Banco Central se opuso a la acumulación de reservas y a la competitividad del dólar. Él ofreció en reiteradas veces la renuncia”, explicó el jefe de Gabinete.
Destacó que “las reservas no son un fruto del presidente del Banco Central, sino de la gestión de la presidenta de la Nación”. E interpretó que la comisión en el Congreso que debe intervenir en un caso así, emite consejos que “no son vinculantes y por eso la decisión se tomó como se tomó”.
Fuente: DyN





























